domingo, 21 de octubre de 2012

- Capítulo 13 -

Comenzó a abrir los ojos lentamente apenas enfocando lo que le rodeaba entre las líneas de sus propias pestañas. Sentía su nuca hundiéndose en una mullida almohada que le mantenía la cabeza lo suficientemente elevada como para poder contemplar la cama en la que se encontraba.

Pestañeó lentamente y tomó aire dándose cuenta con esto de la mascarilla de oxígeno que cubría buena parte de su cara.
Tenía la sensación de tener un peso sobre su pecho contra el que tenía que luchar cada vez que tomaba aire.

No lograba situarse.
¿Qué le había sucedido? ¿Por que se encontraba en aquel lugar?

“Jae …” susurró volviendo a cerrar los ojos.

El comedor… el chasquido de los platos al romperse contra el suelo… la imagen de Jae tanteando los cristales con sus manos…
Todo volvía a su cabeza demasiado rápido. 

Pero todo eso… ¿cuándo había sucedido?
Necesitaba saberlo, tenía que saber cuanto tiempo llevaba ausente en aquella cama.
Recorrió su cara torpemente con la mano de su brazo libre de tubos y esparadrapo hasta que sus dedos rodearon la mascarilla para poder quitársela, terminando por romper la gomilla que se la mantenía colocada.

Hizo el ademán de enderezarse pero un agudo dolor le atravesaba el pecho con cada intento de moverse obligándole a desistir.
Echó un vistazo a su alrededor para buscar algún timbre que le permitiera llamar a una enfermera pero no fue necesario.
La puerta se abrió y una enfermera de mediana edad entro con unos paños blancos que dejó sobre una mesita metálica junto a la entrada tras sonreír al ver a Changmin dirigiéndole la mirada.

- Al fin me das una buena noticia – comentó acercándose a la cama y cogiendo la mascarilla con la intención de recolocársela - ¿Cómo te encuentras?
- No… - susurró Changmin sintiendo un escalofrío al escuchar su propia voz tan débil – No la necesito…
- Claro que la necesitas y… vaya, la has roto ¿Vas a lo bruto no? Iré a por otra goma – le indicó mientras se giraba para trastear en el cajón de la mesilla.
- ¿Cuánto… cuánto llevo… aquí? - preguntó temeroso de conocer el dato.
- Algunas semanas, según mis cuentas, cinco. No te preocupes – se apresuró a decir al ver que Changmin bajaba la mirada tras un largo suspiro – pronto podrás salir de aquí ¡Eso si! Haz caso de mis indicaciones.

La enfermera cerró el cajón y empezó a reparar la mascarilla cerca del rostro de Changmin insinuándole así que su primera indicación era llevar aquello.

- ¿Cuándo podré…? - empezó a decir Changmin deteniéndose con un gesto de incomodidad al escuchar que su voz se apagaba dentro del plástico que volvía a taparle la boca.
- Seguro que dentro de muy poco estarás de nuevo en casa – se apresuró a decir la enfermera acercándose a la ventana para entreabrirla – Procura no forzarte al hablar, es por tu bien.

“Estaré de nuevo en… casa” repitió en sus adentros Changmin. Que estúpido le llegaba a sonar aquello “ ¿Qué casa?” …
Ni tras escuchar una frase así echaba en falta el tener un hogar. Ahora querría ir al peor lugar del mundo pero con la mejor persona.

Sentía como si se hubiera quedado dormido en la parte más importante de la película y ahora, totalmente despistado, no pudiera ni imaginarse el final.
¿Le llevarían de nuevo al centro psiquiátrico tras recuperarse? ¿A quién debía preguntarle eso? ¿Jaejoong seguía allí? ¿Estaba bien? ¿Y sabía que él lo estaba? ¿Qué estaba pasando fuera de aquella habitación? ¿No habían dejado carta de aviso o a alguien con el recado de informarle de algo al despertar?


- ¿Se sabe… algo…? - comenzó a decir Changmin sin saber que y como preguntar - ¿No hay nadie que…?

Se percató de que llegaba a ser difícil escucharle cuando la enfermera le miró arqueando momentáneamente las cejas a modo de “¿Qué?” sin desviar la atención del discreto ramo de flores que adornaba su mesilla.

- ¿Quién… ? - empezó a decir Changmin que aún no había reparado en aquel regalo.
- Te lo mandó… - dijo la enfermera adelantándose, girando la tarjetita que colgaba de uno de los tallos para leerla - “Han Bo Eun”. Son preciosas ¿No?

Changmin sintió un extraño alivio. Había comenzado a esquivar a su psicóloga pero ahora esa señal de presencia era una de las cosas que más ansiaba.

- Quiero ponerme en… contacto con esa per- …
- Llama bastantes veces al hospital para saber de ti, así que, podrías esperar la próxima llamada ¿Te parece?- le ofreció la enfermera con dulzura acompañándolo todo con una sonrisa - Te dejo, tengo que avisar cuanto antes al médico. Tú ten paciencia.

Le parecía bien. Si solía llamar con frecuencia entonces solo tenía que darle la mano a la paciencia y esperar.
Podría hacerlo.

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Han Bo Eun deslizó la mano rozando con toda la palma el rostro de Jaejoong, repitiendo el gesto hasta cuatro veces y observando como éste no hacía si quiera el amago de cerrar los ojos al ver la mano volver a acercarse.
A veces la presión de los dedos de la psicóloga le llevaba a cerrar los ojos pero los volvía a abrir lentamente, exento de cualquier otra reacción.

- Ni el doctor ni yo podemos hacer demasiado por ti. Esto es muy difícil... – empezó comentar la psicóloga – Se que se puede llegar a ti, pero es como si no quisieras… 

Había pasado tantas días así, dejando caer a veces su mente para quedar dormido y volviendo a despertar en total ausencia.
Era un vaivén de intentos de todo tipo para volver en sí, la misma meta para dos psicólogos pero con objetivos totalmente dispares.

Era difícil encajar que una persona con tanta vida pudiera desconectar de todo y apagar las luces de esa forma.

Yunho se había prometido ir a volver a verle al día siguiente sin cumplir la promesa y esto se había convertido en rutina durante la última semana. 

Ya no soportaba verle así, cada vez la culpa que sentía se hacía mas pesada y le costaba respirar solo de pensar en ello.
Pero aunque hubiera dicho demasiadas palabras a alguien que no podía escucharle se negaba a pensar que solo le quedaba guardar silencio.

Algo tenía que haber que pudiera hacer, necesitaba ser de ayuda.

- ¿Pero creen que puede volver en sí verdad? - pregunto a Han Bo Eun tras dirigirse a su despacho - ¿O le están dando largas?
- No le damos largas, pero no es fácil – se explicó la psicóloga con tranquilidad – La atención hacia las personas la tiene totalmente desconectada y aunque…
- No confía en sacarlo de “ahí” ¿No? - le interrumpió Yunho que se sentía incluso ofendido con la escasez de esperanzas que percibía.
- Claro que sí, pero has te entender que esto no tiene por que suceder hoy, mañana, ni el mes que viene, y que no existe libro donde te describan que hacer - insistió una vez más sin perder su ritmo pausado al hablar - Cada persona es un mundo y he tenido pacientes que han pasado por algo parecido y que han vuelto… que se ha insistido con ellos y que no escuchaban la voz de nadie pero que, sin embargo, el sonido de una canción o el llanto de un bebe les ha hecho salir de esa burbuja ¿Comprendes?
- Y ese… estímulo, o lo que sea, ¿No ha pensado que podría ser, por lógica…?

Le parecía evidente que dada la situación la única forma de hacer volver a Jaejoong en sí debía ser el que, de alguna forma, lo había desencadenado.

- ¿Shim Changmin? - se adelantó Han Bo Eun – Puede existir la posibilidad, siempre puede, pero, independientemente de quien sea, en su estado pierde su capacidad de reaccionar y…
- Y se puede intentar.
- Shim Changmin esta en recuperación y cuando se mejore, de lo cual estoy segura al cien por cien, entrare en contacto con él. No ignoraré lo que me pides porque, además, también lo he tenido en cuenta.
- ¿Qué se sabe de… él?
- Ayer volvió en sí, y esta mejorando.
- ¿Y ha hablado con él entonces?
- No, aún no.
- ¿Y por qué no? Seguro querrá saber como está la situación…
- No sería lo correcto aún.
- ¡Claro que sí! Él tiene derecho a…
- ¿A saber que hay una mínima posibilidad de que con su ayuda Jaejoong vuelva? No es tan sencillo. Él no sabe nada y en su estado no debe llenarse de preocupaciones ni incitarlo a adelantarse en su recuperación con la única intención de “probar” que sucede si viene.
- Pero al menos si lo sabe se irá haciendo a la idea de que …
- Shim Changmin no te importa – le cortó la psicóloga tensando levemente la voz – Aquí se tiene en cuenta el bien de Kim Jaejoong pero también el de Shim Changmin ¿Y si su presencia no causa en Jaejoong la mínima reacción? ¿Lo has pensado?

Yunho guardó silencio. En realidad tenía razón, Changmin no le importaba y no le estaba importando lo más mínimo actuar de forma tan egoísta, pero el dejar pasar lo días con la intención de buscar soluciones con tantísima tranquilidad le ponía enfermo.
Ya había visto a Jaejoong muerto en vida durante demasiado tiempo.

- Tiene razón - dijo levantándose del sofá del despacho – Lo siento, pero cuando pasa así el tiempo da la sensación de que no se hace nada.
- Deja pasar un poco más de tiempo y confía en que cada vez quede menos para que todo mejore.
- Eso espero. Ya volveremos a hablar – dijo a modo de despedida.
- Vuelve cuando quieras.

Yunho no dijo nada más y salió del despacho con decisión.

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¿Para cuando pensaba volver a llamar? Se suponía que la psicóloga llamaba a menudo. Quizás exageraba, pero dos días en el silencio y la ignorancia de aquella cama se hacían insoportables.

La enfermera salía y entraba de la habitación cada veinte minutos para hacer cualquier cosa sin importancia y para revisar la bolsita de suero que colgaba sobre la cama.
Nadie sabía nada, lo mismo que él.
¿Qué estaría pensando Jaejoong? Él debía de saber que estaba bien, algo así no se lo podrían haber pasado por alto para contárselo.

Alzó su mano y volvió a retirarse la mascarilla, comenzaba a detestarla verdaderamente.
Acababa de volver a dejar caer su mano sobre el colchón cuando la puerta se abrió nuevamente. Directamente Changmin hizo el amago de volver a ponerse la mascarilla, se prefería ahorrar el sermón ya repetitivo de la enfermera, pero no fue su voz la que escuchó, aunque el mensaje fuera parecido al de siempre.

- ¿Eso no deberías tenerlo puesto?

Changmin giró la cabeza y vio la figura se un joven con unas deportivas totalmente encharcadas y el pelo empapado como si no hubiera tenido tiempo de coger un paraguas.

- ¿Yunho? - le nombró sin poder elevar la voz.
- ¿Cómo te encuentras? - le preguntó Yunho el cual, a pesar de todo, no le esperaba tan demacrado.
- No podría estar mejor… ¿A qué vienes?
- A informarte de como está todo. Según creo aún no te han puesto al día, aunque ya podrían haberlo hecho.
- Ya… si, pero… - empezó a decir Changmin, que solo podía imaginar de una visita así malas noticias, mientras seguía el recorrido de Yunho hasta sentarse en un taburete cerca de la cama - ¿Jaejoong está…?
- Sigue donde siempre.
- Si… pero, ¿está bien? - le preguntó aún sin comprender por que se molestaba en ir allí.
- Él… si, tranquilo esta bien – terminó por soltar Yunho tras una pausa.


Había ido a visitarlo, llevado por su impaciencia, con la única intención de decirle lo mal que estaban las cosas.
Se había propuesto el acelerarlo todo aún por encima de como se encontrara Changmin pero ahora que le tenía frente a él como un chico con verdadero pánico a recibir una mala noticia, se desmoronaba sin querer.

- ¿Sabe que estoy… bien?
- Bueno… bien, lo que se dice bien… – comentó Yunho dejando atisbar un reflejo de broma.
- Ya, ya… pero…
- Si, sabe que éstas bien, no te preocupes.

Changmin desvió la mirada fijándola en el techo de la sala. Se sentía aliviado aunque con la sensación de que todo sonaba demasiado sencillo, sin dejar de sentirse agradecido a pesar de que las palabras vinieran de alguien de tan poca confianza.
Quizás andaba de mensajero por intención de Jaejoong, esa podía ser la explicación, pero aún así...

- Gracias.

Yunho sintió un escalofrío por todo su cuerpo y contuvo el aire. “Gracias”, le acababa de agradecer, y sin duda plenamente, que hubiera ido allí sin más objetivo que el beneficio propio, que le hubiera mentido.
Sonrió y asintió a modo de “de nada” sintiendo una punzada en su interior.

- Yo… - volvió a hablar deseando salir de allí – Yo me voy ya, la hora de visitas termina ya.
- Esta bien… y - Changmin titubeó y finalmente prosiguió con una sonrisa – la próxima vez te recomiendo que… uses paraguas.
- Eh, … sí – contestó Yunho devolviéndole la sonrisa, sintiéndose cada vez más incómodo – Lo tendré en cuenta.

No hubo un adiós ni un hasta luego, solo se hizo el silencio y Yunho salió de la habitación. Cuando estuvo fuera tuvo la sensación de haber salido del agua y de poder respirar al fin.

Se arrepentía de haber ido, no había servido de nada y había llenado a un chico de mentiras, un chico que hasta que no había tenido nuevamente frente a él no había considerado ni persona, y el cual le había agradecido su equivocación.

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¿Cómo podía permanecer así de inmóvil e imperturbable?
Podría verle así ochenta veces mas y seguiría impresionándose de que todo le pareciese invisible.

Yunho se sentó nuevamente junto a Jaejoong, que permanecía con la vista perdida manteniendo la espalda apoyada en la pared con una pose digna del muñeco de un títere. Entre ellos quedaba una bandeja llena de comida que suponía uno de tantos intentos fallidos de que, al menos por acto reflejo, comiera si se le daba.

- Te tienes que poner bien – empezó a decir mirando unos ojos que no le miraban – Se te echa mucho de menos ¿Lo sabías? Es absurdo, y estoy seguro de que estarás de acuerdo… Cuando estabas dispuesto a hablar conmigo apenas venía a verte y ahora que da totalmente igual si estoy aquí no soy incapaz de despegarme de ti… Y es que si te dieras cuenta de que me tienes tan cerca seguramente comenzarías a vociferar que me largara, pero hasta eso sería la ostia ahora…


Hizo una pausa y resopló dejando de mirarle. A veces sentía como si no se diera cuenta de que hablar no servía de nada hasta que dejaba de hacerlo. Decidió ponerse en pie y salir un poco a tomar el aire teniendo consciencia de que cada vez tenía menos aguante.

Tomó la bandeja que aún reposaba sobre la cama con algo de brusquedad sin poder disimular la tensión que comenzaba a acumulársele en el cuerpo y se dispuso a casi dejar caer la bandeja sobre la mesa haciendo topar accidentalmente uno de sus bordes con el lateral del mueble.
No tuvo tiempo de reaccionar y el plato cayó muy seguido del vaso al suelo haciéndose añicos con un estruendo que pareció que retumbaba a oídos de Yunho.

- ¡JO-DER! - maldijo sin poder contenerse tapándose momentáneamente la cara mientras intentaba respirar profundamente antes de comenzar a mirar a su alrededor en búsca de algo para recoger aquel estropicio – Donde mierda habrá algo para…

La voz se le ahogó de golpe cuando vio a Jaejoong de pie sobre sus pies descalzos, junto a la cama, mirando los cristales y la comida que se mezclaban en el suelo. Parecía haber tomado aire que ahora no podía soltar, manteniéndose rígido. Pero sus ojos oscilaban, su mirada no estaba perdida, estaba allí.

- ¿Ja ...Jae? - mencionó con inseguridad Yunho avanzando hacia él hasta pararse a su lado - ¡¿Jaejoong?!

Con ésta última llamada de atención plantó sus manos en ambos hombros de Jaejoong obligándole de una sacudida a mirarle. No tardó demasiado en prestarle atención, en mirarle, pero acto seguido, como si el contacto visual quemara, de un movimiento brusco se deshizo de su agarre retrocediendo varios pasos, paseando nerviosamente su mirada por su cara y topándose a veces de nuevo con sus ojos.

- No te asustes… soy yo… - dijo Yunho al ver su reacción de alarma - …Yunho.

Jaejoong permaneció en el mismo sitio intentando controlar su respiración mientras parecía buscar en el aire algo que no encontraba, desviando constantemente su mirada de la visión de Yunho.

- Jaejoong… ¿estás bien?
- ¿Qué haces… tú…? - empezó a preguntar deteniéndose para mirar esta vez a Yunho como si acabara de posar los pies en la tierra - ¿Y qué hago en…? ¡¿Qué habitación es ésta?!
- Bueno... te han subido aquí y… yo he subido a… verte.


Yunho sentía irreal estar hablando con él. No importaba de qué fuera la conversación, que le echara en cara que estuviera allí o que se sintiera desorientado. Le hablaba y con eso, por ahora, iba sobrado.

- Pero si… espera – le indicó Jaejoong cerrando los ojos mientras agachaba la cabeza en la cual intentaba buscar algo -¿Cuándo he subido …?
- Hace… - no sabía que respuesta era la correcta - …poco, poco tiempo y, bueno...
- ¿Qué te pasa ?… ¡Joder, estás tu más raro que yo!
- Lo siento – se limitó a decir. Aún no sentía natural la conversación.
- Olvídalo, me voy a mi habitación.

Dijo esto y, aún intentando escarbar en su entendimiento para entender que pasaba, caminó hacia la puerta abriéndola casi al mismo tiempo que una mujer lo hacía. Se dispuso a esquivarle pero ella sujeto su brazo.

- ¿Qué hace? - le preguntó irritado soltándose de un tirón.
- ¿A dónde vas con tanta prisa? - le preguntó Han Bo Eun que parecía hacer un esfuerzo sobrehumano para encajar la situación en segundos.
- Pues a mi habita- … ¿Y usted quién es para…?
- La Doctora Han Bo Eun. Creo, - hizo una pausa al darse cuenta de que era la primera vez que le tenía frente a ella en plenas facultades – creo que no me conoces.
- Muy aguda... 
- Yo soy la psicóloga de Shim Changmin.
- Ya le he dicho que no la conozco – dijo con impaciencia.

Se hizo el silencio. Yunho clavó sus ojos en la psicóloga esperando de su reacción poder saber si había entendido lo mismo.

- Pero ahora si me sitúas ¿No? - insistió la doctora con recelo.

Jaejoong se giró hacia Yunho que ahora le miraba a él ¿Estaban todos idos de la cabeza? Él no era el único que se sentía raro aquel día ¿No?

- Oye mire, ya haremos presentaciones – le dijo a la doctora que aún le miraba esperando una respuesta – Hoy no… hoy no es mi día ¿Vale? Así que disculpe pero me voy a mi habitación.

Han Bo Eun no vio oportuno retenerle más tiempo y no le detuvo cuando reanudó la marcha. La habitación quedó en silencio tras un pequeño portazo dejando unos segundos de vacío.

- No le vuelva a mencionar a Shim Changmin, al menos por ahora ¿Entendido? - pidió la psicóloga rompiendo el silencio.
- No… ¿Cómo es que no ha preguntado por él?
- Démosle tiempo. Sería muy precipitado dar una explicación ahora, caeríamos en lo evidente.
- Lo ha vuelto a hacer ¿No? - preguntó Yunho contando los segundos para recibir una respuesta - ¡¿Es eso no?!
- Es pronto aún para…
- ¡¡No es pronto!! La solución no es esperar siempre a que el tiempo pase ¡Por esa norma él lleva aquí casi cuatro años!
- Pero cada persona necesita su tiempo para…
- ¡¡UNA PERSONA APRENDE DE LAS MALAS EXPERIENCIAS! NO OLVIDA MEDIA VIDA CADA VEZ QUE ESO SUCEDE!!
- Tranquilízate por favor – le pidió Han Bo Eun sin perder la calma – Y ni siquiera logro entender tu punto de vista. Él a vuelto en sí sin recordar a alguien que de forma directa no significa nada para ti, y que indirectamente solo te inspira rencor.

No se había parado a pensarlo. Lo que decía era cierto, y visto muy fríamente podía ser algo de lo que sacar partido. Pero todo esto si no fuera un ser humano. Por unos segundos había estado de acuerdo con ella para luego pasar a sentirse ofendido.

- ¡¿Qué clase de persona se cree que soy?! - le encaró sin poder contenerse – No… ¡No me importa ese Changmin o como se llame pero no se trata de él! ¡¡Jaejoong está aquí para recuperarse y no se que coño hacéis con él que no paráis de joderlo más!! Olvida a la velocidad que se chasquean los dedos ¿Qué será lo próximo? ¡¿Despertará sin saberse su nombre?!

Yunho ni siquiera se había dado cuenta de que mientras hablaba se había estado acercando a ella y de que ahora les separaban un solo paso.

- No pretendía ofenderte. Ha sido un intento totalmente absurdo de ver lo cruelmente positivo. Sin duda me he equivocado y le pido perdón – se disculpó la psicóloga.
- Olvídelo. Necesito salir de aquí, no voy a perder más tiempo,ese es vuestro trabajo.

Yunho salió de la habitación y comenzó a avanzar por el pasillo como si el suelo le quemara.
¿Tan difícil era que no surgieran mas motivos para anotar en la lista de razones por la que Jaejoong debía permanecer más tiempo en aquel lugar?
Estaba claro que si.

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Jaejoong se dejó caer en su cama ¿Un desmayo? Quizás eso habría sido el motivo de su desorientación, después de todo estaba acostumbrado a ellos. ¿Pero por qué no había despertado entonces en la enfermería?

Giró sobre sí mismo quedando tumbado de lado mientras apretaba la almohada con sus manos ¿Tenía que recordar algo más? … << Recordar>> Que odiada le era esa palabra. Llevaba … ¿tres años? … tres años intentando recordar algo para poder salir.
<<Me queda mucho aún>> se aseguró a si mismo.



Podría morir de pura monotonía antes de poder recordar por qué estaba allí, y más cuando ni tenía consciencia de que los motivos se habían multiplicado en los últimos minutos.

Pero era el ritmo de vida que le había tocado vivir.

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Changmin se enderezó con dificultad en la cama consiguiendo a penas quedar sentado. Había apagado la televisión de la habitación por quinta vez en veinte minutos. Llevaba más de una semana esperando la llamada de Han Bo Eun. No le inspiraba suficiente seguridad los datos recibidos días atrás pero intentaba tenerlos presente como una verdad limpia. Jaejoong estaba bien y tenía consciencia de que él también lo estaba.

Llegaba a entender que no pudiera tener contacto directo con Jaejoong si se le tenía restringido el teléfono o cosas típicas de un internado, y más si la que se ponía en contacto con él, según creía, no tenía consciencia de ninguna relación de importancia entre ambos.
Aún así estaba demasiado cansado de esperar.

Comenzó a tachar en un calendario los días tapando totalmente con la tinta azul del bolígrafo cada número como si quisiera dejar claro que ese ya había pasado.
Quizás eso le dio la sensación de que lo días pasaban mas lento al estar prestándoles demasiada atención.


Aquél día se puso en pie con mayor facilidad, ya era algo casi practicado a la espera de dejar el hospital. Aquellas dos últimas semanas en plena conciencia se le habían hecho eternas, pero ahora era el momento de volver.

Se había jurado tirarle todos los trastos encima a Han Bo Eun por su desinterés en los últimos días ¿Tanto pesaba el teléfono? ¿O es que estaba demasiado ocupada en nada?

Se había preguntado mil veces como se sentiría el reencuentro. La despedida había sido desproporcionalmente desagradable y daba por hecho que habrían muchas heridas que curar e ideas que quitar de la cabeza para poder seguir compartiendo todo lo que se podían dar.

Ambos se encontraban bien y eso era lo único que importaba, ni siquiera veía nada que perdonar. Apenas le había conocido cuando ya había empezado a quererle, con los días se había convertido en su necesitad y con las semanas en su todo.
No importaba que hiciera, no importaba hasta que punto la situación de depender de él pudiera hacerle daño. Dolía más que cualquier otra cosa el no tenerle.

Lo último solo había sido un bache, y teniendo la oportunidad de seguir viviendo, el incidente en el comedor solo debía de considerarse como una prueba más que demostraba que debían seguir siendo como uno solo, por encima de todas las cosas.


Apoyaba su frente en el cristal del taxi recibiendo un constante temblor en su cabeza. De alguna forma le despejaba, significaba que se estaba moviendo, y ya lo había estado ansiando.

Eran más de las nueve, y al dar las diez debía estar en el despacho con la psicóloga. ¿No tenía otro momento para esa reunión? Podría haberle dejado un poco de tiempo al menos con la idea de pisar su habitación y que con esas hubiera podido ver a Jaejoong para poder respirar tranquilamente al cerciorarse de que, como debía ser, todo estaba bien.

Pisó con su pie derecho la acera que bordeaba las verjas del edificio empapándose el bajo de unos vaqueros, regalo inesperado y poco usual de la enfermera que le acompaño en su estancia en el hospital, con el agua que encharcaba los baches del suelo.

Cerró la puerta del taxi que reanudó la marcha en un instante y con un gesto poco discreto se acomodó las vendas que rodeaban su pecho bajo su camiseta. El guardia de la puerta ni se molesto en pedirle la tarjeta de identificación que llevaba en la mano para dejarle pasar. Changmin no le dio importancia y siguió andando.

El edificio a plena luz del día no parecía tan gastado o quizás era por el toque de optimismo que se esforzaba por mantener.
En los jardines más de uno seguía con lo de siempre. Algunos perdidos, otros, capaces de mantener conversaciones, intercambiaban palabras casi murmurando. Todo parecía hecho para mantener el toque de locura que pegaba en el lugar.

Que poco había salido a aquel jardín y…
Se detuvo y desvió la mirada hacia el lateral del edificio donde se hacía el vacío de gente. Comenzó a caminar con naturalidad hacia allí fingiendo desinterés hasta que, tras avanzar varios metros, se paró frente a unos arbustos. Echó un vistazo hacia arriba y luego volvió a mirar el suelo.

<< Por aquí debió caer>>

Se agachó, quizás demasiado rápido al sentir una punzada en el pecho, y comenzó a trastear con los cordones de su deportiva perdiendo su vista el en suelo que le rodeaba.

<< Vamos joder, si tiene que estar aquí>>

Volvió a levantarse mirando a su alrededor con impaciencia sin dejar de disimular su interés en buscar algo hasta que una voz muy ruda llamó su atención.

- ¿Qué haces ahí? - preguntó un guardia que sería, seguramente, el mas viejo del personal.
- Nada, solo caminaba – respondió con más naturalidad de la que esperaba conseguir.

Aquel hombre le indicó con un gesto que dejara de rondar por ahí y Changmin, en un último intento de ganar tiempo, dejo caer su tarjeta. Volvió a agacharse y susurrando un <<venga>> inaudible paseó su mirada no pudiendo evitar sonreír al ver que una llave para nada pequeña se mezclaba con la tierra a dos palmos de él.

- ¿Qué haces? - le preguntó el hombre.
- Se me ha caído la tarjeta – dijo deslizando la tarjeta y tapando la llave para cogerla de forma que quedase invisible al ojo del guardia.

Se puso en pie y, caminando con tranquilidad, pasó junto al guardia que ya había pasado a no prestarle atención para pasar a clavar su mirada en un mujer que comenzaba a gritar cosas poco comprensibles.

Changmin guardó la tarjeta junto a la llave en su bolsillo. Había valido la pena el intento de buscarla. No sabría cuando estaría dispuesto a usarla.

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Han Bo Eun reordenó unos papeles ya de por sí excesivamente organizados y cuadriculados en un intento de mantenerse ocupada y así procurar dejar de ensayar las palabras adecuadas para hacer saber a su paciente la realidad de lo que sucedía.

Respiró pausadamente recordándose que aquel era su trabajo y que su actual forma de actuar resultaba muy poco profesional. En un amago de dejar de tocar los papeles golpeó un pequeño cubilete de lapiceros haciéndolo caer al suelo. Se levantó cansinamente a recogerlos y en aquel momento la puerta se abrió.

- Que poco presentable para recibirme – se quejó Changmin agachándose junto a ella para ayudarla – Podría haber contactado conmigo, digo yo.
- Vaya, no me has dejado ni saludarte – replicó la psicóloga enderezándose a la vez que él poniendo el cubilete en su sitio - ¿Cómo estás?
- Bien, dentro de lo que cabe…
- Me alegro muchísimo de que estés bien.
- Pero estaba cansado de estar allí, la monotonía destroza a cualquiera. Hoy no es día de sesión, es mañana cuando debería subir.
- ¿Tienes prisa?
- Me gustaría bajar a mi habitación, estoy cansado y no tengo ganas de hablar ahora mismo.
- Es comprensible. Pero necesito que hablemos.
- ¿No puede ser mañana? - dijo Changmin impaciente por el entretenimiento que le estaba suponiendo.
- Tiene que ser ahora – insistió sentándose – Siéntate, por favor.
- No, no hace falta, en serio, no estoy como para… - repitió quedándose en pie.
- Es sobre Kim Jaejoong – le interrumpió Han Bo Eun que sabía lo dañino que podría ser que se enterase de todo por sí mismo.
- ¿Cómo es que…?
- Le conozco, eso era inevitable después de lo sucedido. Es la persona que tanto te importaba ¿Verdad?
- No… es decir, le conozco y a él le falló un cable y sucedió aquello… - intento explicarse Changmin que aún se negaba a que su psicóloga tuviera consciencia de su relación.
- Te importa y mucho, Changmin. Por ahí tendrías que haber empezado hace tiempo, pero no pasa nada.
- No, no es eso…
- Si, sí lo es. Y te tengo que dar una mala noticia, pero no significa que no haya solución. Quizás es solo cuestión de tiempo que…
- ¿Qué pasa? - preguntó Changmin alarmándose de repente. No le estaba gustando aquellas vueltas antes de decir algo.
- Ahora estamos trabajando con Kim Jaejoong, sin reparar en esfuerzos…
- ¡No me venga con esas! ¿Qué la pasa? ¿Está bien? ¡¿Dónde está?¡

Había soltado estas preguntas demasiado acelerado pero hubiera necesitado soltar unas cuantas más.

- Sufrió un shock y eso le ha llevado a nuevas lagunas en su memoria – explicó Han Bo Eun.
- Lagunas… lagunas en su memoria… - repitió Changmin comenzando a suponerse la mala noticia. No podía ser … - ¿Qué tipo de laguna?
- No creo que te reconozca Changmin – resumió sin rellenar con mas palabras.
- No diga estupideces…

¿No reconocerle? Debía de ser una broma. Algo así no podía suceder, debía estar equivocada, eso era todo. 

- No son recuerdos borrados los que olvida, sino escondidos. Ahora hay que buscar, y encontrar. Pero te quiero pedir que no vayas a verle, por el bien de ambos. Por ahora no.
- No… no sabe lo que dice… - dijo Changmin apagando las palabras con su propia respiración. No podía ser vedad – Quiero… quiero verle… seguro esta equivocada...
- Changmin, sé que esto es difícil pero tienes que entenderlo, por favor, no puedes ir y … ¡Espera! - le ordenó poniéndose en pie demasiado tarde como para detenerle.

En nada se perdió de su vista. Avanzó caminando hasta que no pudo evitar correr hacía la habitación de Jaejoong la cual encontró vacía tras una puerta entreabierta.
¿Dónde estaba?

Bajó las escaleras esquivando a todo el que se encontraba sin perder el ritmo hasta el comedor. Nada. Allí tampoco estaba ¿Dónde se habría metido?

Normalmente habría estado allí… si, normalmente…

Salió del comedor y siguió caminando a toda prisa, ya no sabía a donde se dirigía y no se molestaba en mirar por donde iba, terminando por topar con alguien que no se había apartado al verle pasar.

- ¿Yunho?…¿Qué ha-haces aqui …? - le costaba demasiado acompasar la respiración y hasta detenerse no se había dado cuenta del dolor que sentía en el pecho.
- Has vuelto…
- Si … ¿dónde está Jaejoong?
- Jaejoong… - repitió bajando inconscientemente la voz.

Lo veía reflejado en su mirada… lo sabía. Debía saber que Jaejoong…
Changmin desvió la mirada hacia la puerta de la sala de visitas que quedaba a espaldas de Yunho. Estaba claro. 
Sin dudarlo se dispuso a esquivar a Yunho pero este puso su brazo a modo de barrera de marco a marco de la puerta.

- ¿Qué haces? - preguntó Changmin casi retándolo. Solo le faltaba aquello.
- No es culpa suya…
- ¿Cómo ?
- Que no le culpes, aunque duela.

Diciendo esto Yunho bajó el brazo y, agachando la mirada, se retiró de la puerta para alejarse hasta terminar por dejar a Changmin solo frente a la habitación.

Había estado buscando donde se encontraba a toda prisa para verle y ahora el miedo se había apoderado de él y permanecía inmóvil. Era tan sencillo como empujar la puerta y tan difícil como encarar lo que tanto podía doler.

Tomó aire por cuarta vez suponiendo que tras soltarlo ya seria capaz de avanzar pero la puerta se abrió sin permitirle comprobarlo.
Alzó la mirada, y allí estaba, Jaejoong, silencioso, que le miraba a tres palmos de él.

Total tranquilidad de parte de él, y el corazón en las manos por parte de Changmin.
Mal augurio… Jaejoong le miraba, pero parecía no verle.

- ¿Vas a entrar? - le preguntó Jaejoong que parecía hablar con un desconocido - ¡Oye!

Changmin reaccionó. <<¿Iba a entrar?>> Eso le preguntaba.

- Yo…
- Yo no tengo mas visitas ¿No eres de aquí no? ¿Esperas a alguien?
- Sí… - respondió Changmin con un nudo en la garganta que casi le impedía respirar.
- Vale. Pues... hasta luego – se despidió Jaejoong del que le había resultado una persona de demasiadas pocas palabras.


Jaejoong pasó junto a él rozando sin querer su brazo con el suyo, dejándole ese inconsciente y minúsculo regalo de piel… y el regalo de su aroma, de su movimiento y hasta del gesto de bajar su oscura mirada al suelo antes de avanzar… todos regalos que incluso inconscientemente Jaejoong le daba con el simple echo de estar presente.

Changmin se sintió morir.

Entró en la habitación sin ni siquiera pestañear dejando caer las lágrimas una tras otra tras cerrar la puerta de aquella habitación vacía.
Apoyó su espalda en la puerta y dejo que su cuerpo se deslizara hasta quedar sentado.

No comprendía como podía sentir tanto dolor y seguir respirando.
Era como si se fuera a romper por dentro. 
Habría necesitado tanto besarle cuando le vio, abrazarle, sentirle… pero incluso eso se hubiera convertido en hielo tras hacerlo.

“Pero yo no quiero... que un recuerdo acerca de ti se quede a la cola Changmin ¿Y si te olvido ...?”

Recordaba sus palabras y ahora Jaejoong era totalmente inconsciente de que había sucedido lo que antes tanto temía. Ya no recordaba su nombre, ni lo que había significado para él.

Changmin alzó su rostro, que había ocultado tras las mangas de su camiseta en un intento de apagar sus propios sollozos, al oír un chasquido metálico junto a él.

La llave se había deslizado de su bolsillo y había caído al suelo. La tomó entre sus dedos mientras se secaba las lágrimas para al menos alcanzar a verla con claridad.

Esa llave había significado mucho, era la representación de lo que habían estado planeando, soñando… salir de allí y juntos.
Todavía debía ser posible, sin eso su vida estaba vacía y sin él no quería vivirla.

Cerró los ojos y, tras respirar profundamente, guardó de nuevo la llave en su bolsillo sin prohibirse seguir derramando lágrimas.

1 comentario:

  1. T.T
    Como duele este capitulo!!
    Un JaeJoong que olvido a ChangMin y el otro q no puede ni pensarlo hasta q no lo ve...aishhh
    de verdad q voy a llorar T.T

    Ya me quedo esperando por los siguientes

    Atte: Lessien

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