lunes, 15 de octubre de 2012

- Capítulo 10 -



Changmin dejó caer su cucharilla descuidadamente en la taza y el mismo ruido que produjo entonces le hizo pestañear y enfocar su vista hasta entonces perdida en una mancha en el borde de la mesa. Llevaba dos días sin saber nada de Jaejoong y todo parecía estar en blanco a la hora de buscar una simple señal que le diera una pista de como poder guiarse hasta él.

En breves minutos volvía a entrar a la sala de terapia para una nueva sesión lo cual le suponía una perdida de tiempo. Su recuperación había dependido siempre de Jaejoong y no de palabras vacías de una desconocida.

Miró el reloj de la sala y al comprobar que era la hora salio del comedor y, sin tener que prestar atención a por donde iba, fue hasta la sala de su psicóloga, ya marcado por la inercia de la costumbre.

Al entrar hubo un cruce monótono de saludos y tomo asiento. Cada pregunta que la doctora Han Bo Eun le dirigía parecía mas entupida que la anterior pero respondió con paciencia a sus "¿Qué te apetecería hacer que no puedes hacer aquí? ¿Que echas de menos hacer?" A lo cual respondía con la primera cosa que se le venia a la cabeza.

¿Pensaba aquella mujer que iba recibir respuestas sinceras de mil planes que tenia fuera de aquel lugar? Fuera no había nada si no estaba Jaejoong... y el problema ahora era donde se encontraba.

La psicóloga se limitaba a sonreír ante las respuestas de Changmin como señal, sin duda, de que era como una papelera que tragaba todo lo que le dijeran. Paso mucho tiempo hasta que el reloj decidió indicar que la sesión estaba terminando y Changmin se hizo el cuerpo a levantarse de aquella butaca. No podía estar más allí, pero Han Bo Eun intervino una vez mas para no abandonar su costumbre de hacer un comentario o mencionar una noticia a final de sesión, reteniéndole unos minutos más.


- Pues me alegra comunicarte que ya ha llegado el momento - comento la psicóloga son voz suave.
- ¿El momento? - pregunto Changmin que había empezado a levantarse volviendo a tomar asiento nuevamente.
- Si, de salir de aquí, hacer vida fuera y que esta habitación solo sea un lugar que visitar una vez a la semana. Me estas demostrando que has salido de ese "agujero" en el que habías caído y es injusto retenerte mas aquí ¿No crees? - comento Han Bo Eun dando a su voz un tono de estar diciendo algo sensato y agradable.
- Ya pero... no.... - empezó a decir Changmin que volvía a toparse con una "buena noticia" de aquel tipo - No creo que sea...
- Tranquilo. Mira, aun tienes toda la tarde para pensar y toda una noche para dormir, pues no necesitaras seguir pensando entonces porque estoy segura de que, a pesar del miedo que tienes al exterior, comprenderás que es lo que mas te conviene. Lo agradecerás cuando puedas moverte a tus anchas y hacer tu vida...
- Pero no se yo si... - interrumpió Changmin que no sabia ni que pretendía decir.
- No estarás solo al salir, tendrás todo el apoyo de nuestra parte y seguiremos con nuestras sesiones - continuo la psicóloga - Mañana volveremos a hablar y espero conseguir hacerte sonreír cuando te diga que solo te quedan dos días aquí. Ahora es algo quizás inesperado para ti, pero es una buena noticia.
- De acuerdo - termino por decir Changmin sabiendo que solo había una solución para aquello. Sonrió con pasmosa naturalidad y prosiguió - Mañana nos veremos y espero que me quites el miedo del cuerpo porque no se que haré al salir de aquí...
- Lo conseguiremos, ya veras. Que pases buen día.
- Igualmente.


Changmin se despidió de ella y salio al pasillo. No pudo evitar subir la manga de su camiseta descubriendo el dorso de su muñeca para observar las finas líneas que las venas dibujaban en su piel.
Ahí estaba la solución.


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La habitación estaba fría a causa de la ventana abierta pero Jaejoong no tenia intención de cerrarla. El olor a tierra mojada se le hacia agradable y era lo único que en aquel lugar podía decidir: tener la ventana abierta o cerrada. La monotonía era aplastante y si algo no le distraía volvería a meterse en sus pensamientos y a sentir miedo y tristeza a niveles demasiado altos para las fuerzas que tenia entonces.

Necesitaba saber si Changmin seguía allí o no, que estaba haciendo y sobre todo si se encontraba bien. Estar aislado en una habitación alejada de todo solo tenia la ventaja de impedirle retener a Changmin y ni siquiera tenia confianza en que eso fuera suficiente para que pudiera irse sin impedimentos.

Aunque desease que se liberase de todo no se le hacia fácil de imaginar que Changmin decidiese irse sin mirar atrás, sin resistirse a saber de él.

Y a pesar de que todo fuera una contradicción tras otra, a la vez, eso le hacia sentirse bien. Pensar que había alguien que estaba por y para él, alguien que parecía quererle.
A veces le gritaba desde sus adentros que se fuera, pero luego susurraba "no me dejes".
No sabia que pensar.

Se desperezó en la cama con gesto de aburrimiento como si intentase restar importancia al nudo que sentía en el pecho y miro hacia la puerta cerrada de la habitación soñando con poder abrirla a su antojo.
No pasaron más de dos minutos cuando la cerradura comenzó a resonar por el ruido de una llave en su interior abriéndose y dejando pasar a los mismos dos encargados que cada día le traían la comida casi como un premio por soportar tal encarcelamiento.


- Ponte en pie y acompáñanos - le ordeno uno de ellos desde la puerta con una voz totalmente inexpresiva.
- ¿A donde? - pregunto Jaejoong sin dejar su acostumbrado tono de seguridad.
- A la enfermería - respondió el segundo encargado señalando brevemente su brazo - Vamos, levántate.


Jaejoong se enderezo en la cama y camino con parsimonia hasta la puerta. Caminó por el pasillo enmarcado por ambos encargados mientras escudriñaba con la mirada cada rincón por el que pasaban hasta llegar a la enfermería sin saber si deseaba ver allí a quien buscaba.
No se topo con él y suspiro entre aliviado y decepcionado al sentarse en el borde de la camilla de la sala.

La enfermera paseaba por sus manos lo que parecía un expediente con su información el cual dejo en el escritorio para coger una pequeña herramienta para cortar el yeso de su brazo.
Jaejoong no desvió su mirada de la carpeta que ahora resultaba tan interesante hasta que la actitud excesivamente distante de la enfermera llamo su atención.
Quizás a ella podría preguntarle...


- Perdona... - empezó a decirle esperando que aquella persona, desde siempre tan cercana en su forma de ser, levantase la mirada hacia él - ¿Recuerdas el chico que estaba conmigo en la enfermería la otra vez?

La enfermera levanto la mirada, pero no hacia él, sino hacia uno de los hombres que le había acompañado hasta allí que permanecía en la puerta con una postura demasiado rígida. Después de esto bajo la mirada y asintió discretamente.


- ¿Le has visto? - susurro Jaejoong buscando una respuesta mas directa.
- No... - murmuró la mujer sin apenas mover los labios y señalo con un golpe de mirada al encargado que perdía su mirada fuera de ellos.
- ¿No sabes si sigue aquí? - insistió Jaejoong ignorando el gesto.
- aquí hay mucha gente y....
- No puede hablar con él - corto de repente el encargado dándole a Jaejoong evidencia del porque de tanto disimulo.
- Claro, lo siento - se disculpo la enfermera dirigiendo a Jaejoong una mirada severa.

Rió en silencio con ironía.
Era todo tan exagerado que hasta le resultaba patético pero asumió que debía guardar silencio y no insistir mas.
Mientras él permanecía sentado con los oídos taladrados por el sonido del aparato que utilizaba la enfermera Changmin se encontraba en su habitación sin estar muy seguro de que hacer.



Sentado en el borde de la cama sobre sabanas desordenadas observaba sus muñecas desnudas tras las mangas remangadas.
¿Era entonces el momento?
<< ¿Ahora...? >> Se pregunto vocalizando las palabras con los labios sin pronunciarlas.
Estaba asustado y los latidos de su corazón le retumbaban en lo oídos solo interrumpidos por el sonido cada vez mas frecuente de tragar saliva.
Tanteo con la mano la superficie de la cama hasta pellizcar con dos dedos un pequeño trozo de cristal, resto de una bombilla rota hace semanas por la misma desesperación de pensar que debía salir del centro.

Apoyó el filo del cristal en su piel y se pidió fuerzas. Sabía que tenía que hacer y hasta entonces solo se habría conformado con que el intento por fingir no se le fuera de las manos, pero ver la situación tan real le hacia sentir el suficiente miedo como para sentirse demasiado humano.

En poco tiempo vendría a buscarle la psicóloga si no acudía a la sesión, o al menos eso necesitaba para que todo saliese bien.

Alejo el cristal de su piel y cerro los ojos para respirar hondo.

- Esto es por ti Jaejoong, la única forma que tengo ahora para demostrarte que te quiero... - dijo llenando la habitación con su voz antes de dejar caer una lagrima tras abrir los ojos - Que esto salga bien...

Susurro estas palabras como último favor que le pedía al todo que le rodeaba y apoyo nuevamente su cuchilla de cristal contra su piel.
Cerró los ojos fuertemente e encogió en pura tensión su puño al sentir aquella presión que cortaba su piel, ahora decididamente.

Sus dedos temblaban haciéndole difícil sujetar la frágil pieza que comenzaba toparse con sus venas bañándole la mano con finos hilos de un líquido calido.
La yema de sus dedos dañadas por la presión del canto afilado comenzaron a separarse del cristal dejándolo caer al suelo.

Abrió los ojos y como si ver lo que sucedía le hiciera de nuevo sensible, torció el gesto en una mueca de dolor ahogando un gemido. No pudo dedicar mucho tiempo a observar claramente lo que acababa de hacer ya que comenzó a marearse dejando que su cuerpo se deslizase de la cama para quedar sentado en el suelo.

Levantó la mirada hacia la puerta esperando que en cualquier momento se abriera.
Cada segundo se hacia interminable. No podían abusar de su tiempo... ahora no...

Su cuerpo se sentía poco a poco mas frío hasta el punto de comenzar a temblar.

<< Vamos... >> susurro sin desviar la vista de la puerta.


Suplicaba en silencio que alguien acudiera. Si fallaba entonces no se lo perdonaría.
Tenía motivos para vivir y su suerte no le podía fallar así...

Pero su cuerpo se apagaba por la debilidad... sus ojos se cerraban... y la puerta no se abría.


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Jaejoong extendió su brazo una vez más y lo movió a su antojo disfrutando del casi ya capricho de moverlo.
Volvía a estar en su habitación.
Acababa de haber estado jugando con lo que se suponía era su almuerzo y había dejado la bandeja en el suelo sin apenas probar bocado.

No era su mayor preocupación tener el estómago lleno. Necesitaba saber algo de Changmin ya. Había paseado por los pasillos más comunes a frecuentar por Changmin de camino a la enfermería y no le había visto.

Quizás que no estuviera allí, que ya se hubiera marchado, era lo que le había estado pidiendo desde sus adentros pero sentir esa realidad como algo tan verídico ya solo le invitaba a llorar.

Había tardado en darse cuenta de que tenía la cara húmeda por las lágrimas que durante las últimas horas ya formaban parte de sus rasgos. No sabia en que pensar o sentir, ni siquiera sabia si eso ya seguía teniendo sentido.


Se puso de costado en la cama y ocultó su rostro entre las sabanas. La calma que había acompañado su llanto durante horas dio a su fin y empezó a sollozar mientras sus lágrimas se multiplicaban.
Sentía angustia, se sentía nada y se sentía culpable por no haberse despedido de él.
Y la lógica de que eso no lo podía haber previsto no tenía cabida.
Ahora sentirse siquiera vivo le dolía y no encontraba una excusa para dejar de llorar.
Sujetaba la sábana mojada y salada con los dedos como si quisiese rasgar la tela con las uñas.


Algo como sus dedos en la sabana, algo así sentía en su pecho.

¿Y ahora que? ¿El siguiente paso cual era? ¿Soportarlo?
No podría con algo así.
Ya había pasado tres años prácticamente muerto y lo único que le había mantenido vivo era la búsqueda de respuestas sobre sí mismo.
Pero ahora eso ya no le importaba.
Sin Changmin no era nadie.

Se mantuvo tumbado en la cama con esa sensación de vacío durante tanto tiempo como le permitieron.
No era más de media tarde cuando un encargado de pasillo entro en la habitación arrastrando consigo una silla que situaría a escasos metros de él.
<< ¿Que...? >> pensó enderezándose en la cama.
Paso las mangas de su camiseta por debajo de sus ojos hinchados a pesar de no tener ya lágrimas que secar con la intención de al menos conseguir despejarse.
Aquel tipo volvió a la puerta y se quedo junto a esta de pie.

- Puede pasar - le indico a la persona que esperaba en la puerta.

Aquella figura cruzo la habitación con paso firme y se sentó en la silla ante la atenta mirada de Jaejoong que tras reconocerle comenzó a respirar con un vaivén demasiado acelerado.

- Nos volvemos a ver - dijo el doctor Shin Seung levantando la mirada hacia él como si no hubiera nada inquietante para recordar del chico que estaba sentado frente a él.

Su rostro era un recordatorio del último encuentro entre ambos.
Unos surcos amoratados adornaban sus mejillas y como grietas en una pared unos cortes se dibujaban en la comisura de sus labios.
Parecía gastado, cansado, pero totalmente tranquilo.
¿A que coño venía?
¿Pretendía lucir las heridas de guerra como cualquier cosa? ¿Quizás demostrar que el daño que le había causado no le había mantenido más de un par de días fuera de juego?
Que más daba que se recuperase.

Podía volver a hacer de él un cobarde encogido en el suelo, ganas tenia guardadas aunque las ocasiones estuvieran contadas.
Lo que le había impedido sublevarse ya no era un motivo para detenerle mas.

¿No había pensado en ello?
¿O es que Changmin seguía en el lugar y se valdría de él para rodearse de una armadura invisible?
Era eso... no, lo dudaba.


- ¿Como has pasado estos días? - le pregunto en un tono de discreta burla mientras apoyaba su bloc de notas sobre sus piernas.
- Vete de aquí... largo... - le ordenó Jaejoong con dificultad mientras apretaba la mandíbula por la tensión.
- ¡Vaya! Veo que me tuteas ¿Me consideras ahora tu amigo?
- No juegue... conmigo...
- No juego, vengo a hablar contigo porque es mi traba-..
- No - le corto Jaejoong que volvía a recordar el asco que se podía llegar a sentir por una persona - Estas jugando conmigo y se esta arriesgando. Solo sigue aquí porque hay un vigilante en la puerta.
- El también lo hace porque es su trabajo. No te des tanta importancia.
- Lo que tú digas... si no has venido a darme la llave de esa puerta entonces puedes irte, no me molestaré.
- Nos hemos levantado sarcásticos. Te queda un tiempo aquí y la llave de esa puerta son las respuestas correctas que me des.
- Correctas... mas bien las que quiera oír ¿No?
- Son las mismas.
- Lo dudo - aseguró Jaejoong retrocediendo en la cama, acomodándose con la excusa de alejarse del doctor. No le soportaba a tan escasa distancia.
- En todo caso son estas respuestas las que ayudan amigo mío. Tu amigo Shim Changmin ha logrado abandonar el centro gracias a esto - dijo el doctor ignorante del cambio de situación que desconocía.
- No hables de él.... ¿Es que no aprendes? Él esta donde debe estar ahora, y yo también ¿No? Entonces todo en orden... puedes irte - insistió Jaejoong que había sentido mezclarse las ganas de agredirle con las ganas de llorar al oír la confirmación de la noticia. Necesitaba escoger alguna de las dos opciones.
- ¿No quieres encontrar las respuestas y poder salir? Pero si estabas avanzando muy bien - comento Shin Seung derrochando ironía de una forma demasiado insultante.
- Si... me das casi tanta pena como asco. No se que es de tu vida si es que la tienes fuera de este lugar o fuera de mí pero te ha afectado al puto cerebro. Hablas así por-...
- Cuidado con lo que... - le interrumpió el psicólogo con más seriedad de la que había mostrado en toda la conversación.
- ¡¡HABLAS ASI PORQUE CREES ESTAR EN UNA POSICION DE SEGURIDAD QUE NO EXISTE MALDITO CABRÓN!! - prosiguió Jaejoong sin poder evitar ponerse en pie para encararle - ¡¡DEJA DE JODERME PORQUE PUEDO MAS QUE TU!!


No se había dado cuenta de que el vigilante había avanzado hacia el utilizando uno de sus brazos como barrera para su avance.
Esa persona no debía estar allí.
Shin Seung le indico con un gesto que no era necesaria ninguna medida extra por el momento.


- ¡¿Lo ves?! ¡¡NO ERES NADIE !!NO ERES NADA!!! - le grito Jaejoong cada vez con mas ganas de repasar las marcas en su cara. No soportaba verle tan impasible - ¡¡ Solo eres un engendro que depende de otras personas para ser fuerte!!
- Pues como tú - le corto Shin Seung casi con una sonrisa - Ese chico parece haberte hecho creer que tienes mas fuerza de la que realmente tienes. Pero es tan sencillo como que eras dependiente de él, un débil que ahora ha perdido su fuerza. Céntrate en lo que debes ser, no en esta mierda en la que te has convertido... aunque él te haya convencido de que eres como debes ser.
- Tu no sabes lo que soy ¡¡ No presumas de conocerme!!
- No es motivo de presunción saber de ti. Hoy no veo posibilidades de avanzar así que opino que por hoy no hay más pasos que dar. Espero que estés de acuerdo.
- Claro - murmuro Jaejoong que contaba los segundos para mantenerse estático sin abalanzarse sobre él.
- Nos vemos en la próxima sesión.

Shin Seung se encaminó hacia la salida seguido de muy cerca por el encargado que cerro la puerta a sus espaldas haciendo resonar la cerradura en la habitación al usar la llave.


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Abrió los ojos en la penumbra de la sala solo alumbrada por una lamparita sobre el escritorio.
Paseó sus ojos por la habitación descifrando que seria todo lo que percibía tan borroso.
Estaba mareado y sentía su cuerpo como un saco sobre la... si, aquello era la cama de la enfermería.
¿Todo había salido bien?
Sin dudad estaba bajo control.
Sonrió al comprender la suerte que había tenido. Casi se le había ido de las manos su jugada pero ahora todo estaba en relativo orden.

Cuando la vista decidió ser algo más funcional enfoco su muñeca izquierda rodeada por vendas y esparadrapo.
De su brazo, sujeto por más de esta cinta, colgaba un fino tubito que le administraba lo que parecía ser suero. Solo llevaba puesto un pantalón de pijama del monótono color blanco pero aun así sentía calor. En la sala el ambiente estaba cargado y la luz solo hacia subir la temperatura.
Era molesta.

Se enderezo en la cama con dificultad como si tuviera que arrastrar consigo todo lo que no fuera su brazo derecho. Se acerco al borde de la cama y bajando las piernas se dejo caer sobre los pies en el suelo sujetándose de la barra metálica que llevaba el suero.
Casi no le permitieron mantenerse en pie así que se dio unos segundos para asimilar la debilidad que sentía. Avanzo hacia la mesa para apagar la condenada lamparita pero cuando se dispuso a pulsar el interruptor unos documentos sobre la mesa llamaron su atención.

Supuso que no perdía nada por mirar en la soledad en la que se encontraba. Paseo los dedos por el borde de la carpeta y con un toque con la yema la abrió.
Apenas la portada del documento había tocado la mesa cuando leyó ese nombre... justo ese:
"Kim Jaejoong "

Río con incredulidad y se cercioró de que seguía solo echando un vistazo a su alrededor.
¿Podía estar la casualidad más de su parte?
No entendía como se podía haber sucedido aquel acierto. Lo vio como un abrazo de su suerte al no conocer la última visita de Jaejoong a la enfermería ese mismo día dejando como huella involuntaria la carpeta que le revelaba lo que no debía saber.

Paso una tras otra página esperando cruzarse con una especie de diario que le informara donde se encontraba, que había sido de él. Pellizco torpemente las hojas con el nerviosismo de encontrar algo útil hasta que la penúltima de todas le susurro lo único que deseaba saber: "Zona B. Sala 907 "

Grabó esos datos en su memoria repitiéndose el numero varias veces, después dejo la carpeta de nuevo cerrada sobre la mesa.
Ahora quería saber que hora era. Tras el escritorio, en una pequeña cómoda había un reloj que marcaba que eran poco más de las 4 de la mañana.
El edificio dormía y era ahora cuando a él le tocaba actuar.

Cogió aire y con decisión extrajo de su brazo la aguja que finalizaba el tubo del suero. Busco en una silla cercana a su cama la camiseta del pijama que le habían puesto y se vistió con ella.

Se dispuso a salir de allí pero al llegar a la puerta llego a la obviedad de que aunque encontrara la sala no podría entrar si no tenía la llave. Sin duda no era algo que encontraría sobre en su bolsillo, debía conseguirla.
Pensó en la posibilidad de los encargados de noche. Ellos llevarían llaves.

Volvió sobre sus pasos con la idea de abrir el armarito de medicamentos situado al fondo de la sala casi con total confianza de que estaría cerrado. Así era.
¿Tan descuidado no se podía ser no? Aquel armario podría contener cantidad de sustancias no muy adecuadas para que las cogieran los internos.
Evidentemente eso no solo lo pensaba él.

Volvió al escritorio y abrió el primer cajón esperando encontrar algo parecido a una pequeña llave que abriera el botiquín pero aparte de unos papeles gastados no había nada. Abrió el segundo cajón y removió los objetos de oficina que lo llenaban apartando mas papeles, un bloc de notas, un frasco...

<< ¿Qué es esto? >> Se pregunto Changmin cogiendo el pequeño botecito de cristal que había estado bailando en el cajón. Leyó de la etiqueta un nombre casi impronunciable... << ¿Tricloruro de... metilo? ¿CHCl3... ?>>

Esas palabras daban mil vueltas antes de definirle con claridad que contenía el frasco.
Fuera lo que fuera era lo único que tenia a mano.
Lo abrió y se acercó cuidadosamente a olerlo. Su olor ácido le era familiar, parecía cloro.
Lo alejó al notar que al mínimo contacto le producía una sensación de mareo.

<< ¿Cloroformo ? >> susurró de forma casi inaudible y sonrió ante la posibilidad de estar, sin duda, en lo cierto.

Supuso que el frasco estaba allí con la idea de usarlo en caso de emergencia ante un paciente fuera de control, probablemente así era. Volvió a cruzar la habitación para coger una gasa blanca del montón de telas apiladas en la mesilla de noche.
Si no se equivocaba, con lo que llevaba consigo, podía llegar bastante lejos.

Era el momento de salir de la habitación.
Salio al pasillo silenciosamente y comenzó a avanzar a través de la escasa luz que iluminaba el lugar. Sentía el suelo realmente frío en sus pies descalzos y la corriente de aire que corría le hacia pensar en alguna ventan abierta.


No tenía idea real de donde iba.
<< Zona B ... >> recordó confuso << ¿Esta es la A ? ¿O es la B ... ? Joder ... >>
Decidió creer que se encontraba en la zona A. Si le habían aislado la idea que tenia sobre eso era la de llevarle lejos.
Paseo por la planta baja, la única zona del edificio que mas o menos podía presumir de conocer buscando unas escaleras que parecieran llevar al otro ala del hospital.
Cuando llegó a ellas comenzó a subirlas esperando al menos no estar equivocándose de zona.
Le costaba más de lo que pensaba.

Había olvidado por momentos lo débil que estaba y conforme mas andaba mas consciente se hacia de esto. No paraban de recorrerle el cuerpo escalofríos y tenia que estar demasiado pendiente de no perder el equilibrio.
Caminaba produciendo el mínimo ruido que era tapado por el golpeteo de la lluvia en los cristales de todo el edificio. No era difícil evitar a los vigilantes.

Quizás la costumbre de pasar noches tranquilas les hacia pensar que el hecho de que esa noche sucediera algo era muy improbable.
Eso estaba de su parte.
<< Sala 112 ... 113 ... >> leía resoplando bruscamente cada vez que la ficha de la puerta le indicaba lo lejos que estaba.

Continuó subiendo escaleras y leyendo más números sobre las puertas.
Se sentía tan nervioso como se podía sentir y lo único que le impedía correr era su intención de sigilo, ya ni siquiera su estado de debilidad.

Se dirigió a unas segundas escaleras que llevaran al siguiente piso al cual no llevaban las escaleras por las que había subido que finalizaban allí. Pero entonces comprendió que no podía ser tan fácil llegar al ver a un vigilante al pie de estas escaleras guardando lo que parecía la puerta a la planta donde se encontraba Jaejoong.

Desde su posición, oculto tras la esquina más próxima a las escaleras de acceso, bajó la mirada hasta su mano en la que sostenía el frasco rodeado por la gasa.
Ahora podía ser práctico, pero entonces ya no parecía tan sencillo utilizarlo. No podía enfrentarse a un tipo en disposición de su fuerzas cara a cara. Si quería intentar algo debía ser por las espaldas o era una absoluta locura.
No se la podía jugar.

Abrió el frasco y mojó la tela con el escaso líquido que contenía moviendo el trapo entre sus manos temblorosas.
Lo tenía, tenia el medio pero no la ocasión.
En aquella situación vio pronto la solución en el bote de cristal. Podría despistarle con él, o al menos intentarlo.

Retrocedió un paso hacia atrás en la penumbra de esa zona del pasillo y tras contener el aire lanzo con fuerza el frasco contra la pared opuesta a él haciéndolo añicos.
En cuestión de segundos volvió a lo que apenas podía llamar una posición de seguridad mientras oía retumbar unos pasos que avanzaban hacia donde se encontraba.

Le vio a apenas dos o tres metros de él ignorante de quién se ocultaba allí. El vigilante pronuncio a forma de pregunta un nombre que supuso seria el de un compañero y seguidamente se agacho lentamente en el suelo al percatarse de que acababa de pisar unos cristales.
Changmin dudo unos segundos pero entonces pensó que era entonces o nunca y se abalanzó en varias zancadas inclinándose tras él. Le tomo por la barbilla con una mano y con la otra cubrió su cara con la gasa.
Apenas había llegado a él cuando ya había reaccionado para defenderse sujetando a Changmin por los antebrazos intentando zafarse de su agarre.

Changmin se convenció por momentos de que no funcionaria. Si no perdía sus fuerzas no tenia nada que hacer contra él, pero la reacción del cloroformo no se hizo esperar y el vigilante perdió fuerzas en poco tiempo quedando totalmente lacio a ras del suelo

<< Lo he ... hecho >> murmuro Changmin entre orgullosos y temeroso << Llevara la llave encima .... >> razonó en poco tiempo agachándose junto al hombre. Trasteo sus ropas y en poco encontró un llavero con una llave bastante gastada.

Sin entretenerse mas corrió cuanto pudo hasta la puerta de las escaleras e introdujo la llave en la cerradura con dificultad no controlando su pulso.
La puerta estaba abierta.
Subió las escaleras y se vio en una nueva planta exacta a la anterior. Escuchaba pasos por los pasillos pero no estaba dispuesto a repetir lo que acababa de hacer. No le quedaban fuerzas y optó por avanzar sin ser visto.

<< 887 ... 890 ....893 ... >>

Estaba cerca. Quería llegar ya, necesitaba llegar.
Cada vez que tenía que detenerse y esperar en silencio a que un vigilante se alejara maldecía lo que le complicaban conseguirlo.

Cuando leyó 907 sobre la puerta que tenía frente a él sonrió nervioso y juró a lo que existiera que le daba media vida si la llave la abría.
Introdujo la llave y ... abrió la puerta.
Quedo paralizado brevemente. No se esperaba abrirla. Se había acostumbrado a que todo saliera mal.
Entró en la sala y cerro con cuidado la puerta a sus espaldas.
La habitación estaba en penumbra. La luz que entraba por la ventana iluminaba una cama al fondo de la habitación y una silueta tumbada sobre ella.

Camino lentamente hacia la cama y en la escasa luz vislumbro el rostro más perfecto que conocía que ahora dormía. Allí estaba, como le había pensado los últimos días sin verle.
Dormido, como cuando se entregó al sueño mientras le tocaba el pelo noches atrás en su habitación.
Esa imagen angelical se le había quedado a tinta en la cabeza y ahora la volvía a tener frente a él.

Se arrodillo junto a la cama y apoyo las manos sobre el colchón para acercarse un poco más. Sentía su aliento saliendo con calma de sus labios entreabiertos y necesito entrar en contacto con ellos.
Recorrió la escasa distancia que le separaba y le beso dulcemente volviendo después a su posición.
Tras hacerlo pudo clarear que Jaejoong abría lentamente los ojos pestañeando repetidas veces.

- Buenas noches - le susurro Changmin sonriendo al ver el intento de Jaejoong por escudriñar la oscuridad para verle.

Entonces se enderezó bruscamente en la cama, señal de haberle reconocido sin necesidad de captarle con sus ojos.

- ¿¿Chang-...Changmin?? - pregunto intentando coordinar su respiración con sus palabras mientras aquel chico pasaba a sentarse en el filo de su cama.
- Si ... - le contesto Changmin extendiendo un brazo para apoyar con dulzura la mano en su rostro.

Apenas había hecho esto cuando Jaejoong se abalanzó sobre el abrazándole con todas sus fuerzas. Changmin rodeo su cuerpo con sus brazos aferrándose a él como si alguien pretendiera tirar de él para arrebatárselo.
Escuchaba a Jaejoong sollozar junto a su oído y sus lágrimas humedeciéndole el cuello. Le prestaba tanta atención que no se había dado cuenta de que el también lloraba.
Jaejoong se sentía tan completo en aquellos momentos que no comprendía como podía haber soportado sentirse tan vacío durante días.

Estaba allí y quería reprochárselo y agradecérselo, quería que estuviera con él, pero no allí, pero sobre todo le quería a él.

- ¿Por que Changmin ... ? - le pregunto en una voz casi inaudible negándose a aflojar su abrazo.
- ¿Por que qué Jaejoong ?
- ¿Por ... por que has vuelto ? - susurro Jaejoong apagando cada vez mas su voz.
- Porque te quiero ... - dijo Changmin sintiendo que al decir eso se quitaba un peso de encima. Había deseado tanto decírselo - No puedo estar sin ti y tú lo sabes ...

Jaejoong relajo poco a poco sus brazos y se separo levemente de Changmin para luego volver a acercarse, esta vez hacia su boca. Compartió sus labios con calma interrumpiendo a segundos el contacto para respirar en un sollozo.
Como había necesitado ese contacto. Jamás había echado de menos algo de esa forma ... jamás.

- Pero tu ... - comenzó a decir deteniendo el beso y empezando a acariciar sus manos - Tu ibas ... yo creía que ya te ... creía que no estarías aquí. Me dijeron ...
- Se equivocaron - resumió Changmin - Voy a seguir aquí, contigo. Se ha decidido que saldré mas ... tarde.
- Pero ... ¿C-cómo ... ? - empezó a preguntar Jaejoong deteniéndose al topar sus dedos con las vendas que rodeaban la muñeca de Changmin - ¿Que ... que has ... ?
- Nada, no te preocupes ... - se adelanto Changmin para restarle importancia.
- No ... no ... - murmuro Jaejoong arrancando de nuevo a llorar cubriéndose el rostro parcialmente con las manos al deducir lo que había hecho - ¿Que has ... ? No ... ¿Por que ...?
- No podía irme Jaejoong, calma ... no pasa nada, estoy bien.
- Por dios no ... - rogó Jaejoong retirando las manos se su cara - I-bas ... ibas a salir y ... no ... Changmin no ...
- ¡Tenia que quedarme Jaejoong ! - se explico Changmin que no pudo evitar que se le quebrara la voz en su llanto silencioso.
- ¡No ! Tú te tenías .... que ir! Por que has hecho eso ? ¿Por que ? ¿Por que Changmin ... ? - repitió uno y otra vez Jaejoong golpeándole una y otra vez con los puños en el pecho haciéndole retroceder.
- Jaejoong ... - susurro Changmin sujetándole las muñecas para que se detuviera.
- Es .... es culpa mía, por mi culpa ... yo ... he hecho ... he hecho esto de ti , yo soy el que tiene la culpa ... - se explico Jaejoong que se zafó del agarre de Changmin para volver a abrazarlo - Lo-lo siento ....
- No digas eso - dijo no soportando la idea de que se culpara por lo que había hecho - Yo he decidido esto .... yo quiero estar contigo y no me lo podrías haber impedido ... Jaejoong, yo ... yo sigo vivo gracias a ti, por ti, para ti ... No me puedes echar en cara volver porque quiera seguir vivo ...
- No ... tu, yo no quiero que de-pendas de mi ... quiero que seas feliz y no que estés aquí ... y que la causa sea yo ...
- Soy feliz estando contigo Jaejoong, créeme, que no necesito estar fuera o dentro de este lugar ... Donde sea quiero estar contigo - insistió Changmin separándole de él para mirarle a la cara - No tienes la culpa de nada ... tu me haces sentir bien, contigo siento que hay alguien que me quiere, contigo soy alguien Jaejoong ... así que deja de culparte, y por dios, no llores mas, me duele verte así ...
- Pero es que si yo no ....
- Si tú nada Jaejoong. A ti no te tengo que perdonar nada solo agradecer así que no pienses así porque ... ¡Aunque te moleste el que tiene razón soy yo y punto ! - exclamo Changmin con desparpajo haciendo sonreír a Jaejoong - La herida que me haces llorando me la curas cuando sonríes ...


Como acto reflejo ambos volvieron a besarse. En la oscuridad de la habitación no necesitaban luz pare verse. Se besaban conociendo de memoria los labios y los rasgos del otro. Changmin sintió un escalofrío cuando Jaejoong enredo sus dedos en su pelo subiendo pos su nuca y tras pausarse muy brevemente siguió besándole.
Solo la lluvia rompía el silencio hasta que los repentinos ruidos del pasillo les pusieron en alerta deteniendo su contacto

- ¿Que sucede ? - pregunto Jaejoong que pronto supuso el motivo de todo - ¿Changmin tu ... ?
- No ha sido fácil llegar ... - intento explicarse Changmin - Tranquilo ... no he tenido que hacer daño a nadie ...
- Pero ... - empezó a decir Jaejoong con gesto de no creerle.
- En serio, solo dormí al guardia para coger las llaves ...
- Pero Changmin ... por esto ...
- ¿Me pueden tener retenido mas tiempo aquí ? Pues me hacen un favor - dijo Changmin desafiante.
- Changmin ... sal de aquí - le ordeno Jaejoong besándole rápidamente a modo de despedida intentando en un pocos segundos poder robar de sus labios todo lo que pudo - Finge que andas por los pasillos en plan escapada, que no te relacionen con mi habitación ... ¡Vamos !

Changmin no pidió explicaciones y se levanto de la cama para dirigirse a la puerta. La entreabrió para asomarse y aprovechar salir cuando no hubiera nadie rondando la zona pero entonces se volvió hacia Jaejoong.

- Oye ... ¡Coge esto ! - le indico lanzándole la llave que cayo en el colchón - Guárdala y convence a quien sea de que no la tienes.
- ¿ Que .. ? ¿La llave ? - pregunto Jaejoong alarmado al dar con ella - Te ... ¡Te la pedirán !
- Me las apañare ... ¡Quédatela y escóndela !
- Pero ...
- Me voy... Te veré pronto - le interrumpió Changmin seguro de lo que hacía.
- Esta bien, date prisa y ,,, ten cuidado.
- Lo tendré ...

Changmin asintió y salio de la habitación. Jaejoong pudo oír escasos minutos después desde su habitación voces que discutían una planta mas abajo. Si tenían suerte todo podía quedar en algo más parecido a una travesura que a un delito.

Solo esperaba que Shin Seung no acabara con este suceso en sus manos, no quería más información en sus manos.

Trasteo el extremo de la almohada haciendo un pequeño roto con sus dedos en la costura, introdujo la llave entre el algodón y volvió a colocar correctamente la funda.
Cuando el ambiente se hubo calmado volvió a dejarse caer en su cama. Lo que acababa de suceder era difícil de interpretar desde sus sentimiento. Le quería tanto que le necesitaba y a la vez tanto que le dolía que siguiera allí.

Sin más se dispuso a volver a dormir, sonriendo mientras lloraba, o más bien, llorando mientras sonreía.

1 comentario:

  1. Vale este capitulo es demasiado XD
    la primera vez q lo lei temi tanto por ChangMin...xD ahora tb porq no recordaba bien q pasaba!!

    Juas juas sigo leyendoo

    Atte: Lessien

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