domingo, 2 de febrero de 2014

- Capítulo 20 -

Changmin estiró los brazos desperezándose y soltó el aire largamente, reprimiendo un bostezo. Tardó unos instantes en darse cuenta de que solo oía sus pies y entonces se volvió hacia atrás. Jaejoong se había parado con la mirada clavada en él suelo. Esperó a que la llamada cesara para alzarla de nuevo, encontrándose con la del otro chico que, sin duda, había escuchado las vibraciones en su bolsillo.

- Creo que me he perdido algo – dijo sin apartar la mirada de él dejando notar un tono de incredulidad - ¿Llevas un móvil encima?
- Llevo un móvil encima – contestó Jaejoong sabiendo que no podía dar otra respuesta.
- ¿De donde lo has sacado?
- Me lo encontré.

Jaejoong reanudó el paso y Changmin, al ver al chico pasar por su lado, hizo lo mismo.

- ¿Te lo encontraste?
- Sí, me lo encontré en el suelo.
- Te lo encontraste en el suelo – repitió Changmin bailando la voz en respuesta a la mentira que acababa de escuchar – Pues si te lo has encontrado alguien estaba llamando hace un momento ¿De qué te sirve tener un móvil?
- ¿Qué más da? Podía cogerlo o dejarlo allí mismo. Lo cogí, no hay más.
- Enséñamelo.

Changmin oscureció el tono de su voz casi sin darse cuenta y Jaejoong se detuvo riendo con ironía al volverse hacia él.

- ¿Eso ha sido una orden?
- ¿Qué más te da enseñármelo?
- ¿Qué necesidad tengo de hacerlo?
- ¿Quién te lo ha dado? – insitió Changmin conteniendo un resoplo.


Jaejoong le respondió con un silencio y su ceño se frunció brevemente y de forma inconsciente. A Changmin no le valía aquella excusa. Él mismo tampoco se la hubiese tragado.

- ¿Yunho?


Al escuchar aquel nombre los labios de Jaejoong se separaron, reteniendo el aire unos instantes, y no necesitó hablar para responder.

- ¡¿Yunho?! ¿Sabe dónde estamos, Jae?
- No, ya no…
- ¿Ya no? Pero ¿cómo? – Changmin se pasó una mano por la cara y resopló pesadamente - ¿Cuándo?
- Él vino a buscarme y me encontró ayer.
- Pero ¿por qué te busca?
- Para ayudarme – respondió Jaejoong dejando de mirarle. Ni él creía en lo que acababa de decir.
- Y de repente hoy la policía da con nosotros. Qué casualidad ¿no crees? Ha sido de gran ayuda, desde luego. Deshazte del móvil.
- ¿Otra orden? Mira, este móvil es la única forma que tengo para mantenerme al tanto de lo que ocurre.
- ¿Y no le coges? No te fías ni tú – Changmin dio un paso hacia él, absteniéndose de dar un segundo que le hubiera dejado a un palmo de su cara - ¿No te ha dado por pensar que ese móvil puede llevar un localizador? Por ejemplo.


Jaejoong no había pensado en eso. Incluso si pensaba que Yunho era el culpable de que la policía hubiese aparecido en el hotel, no quería pensar que su intención por devolverle al centro llegaba a tales extremos.

- Deshazte del móvil.


Changmin se giró tras dar a aquella orden un tono que no daba cabida a la discusión, caminando a unos pasos del otro chico, el cual le siguió en silencio. Tenían que encontrar un sitio para pasar la noche y Changmin se propuso llevar su atención a ello.
Se aventuró a liderar el paso entre las calles más estrechas hasta que un hostal, que no distaba de ser una casa más entre todas las que les rodeaban, les dio la oportunidad de tener un lugar donde refugiarse de las miradas de los curiosos del pueblo.

Al entrar en la habitación Changmin dejó la mochila sobre la cama y esta casi ni se inmutó. Poco había sido su equipaje hasta ahora pero salir a toda prisa del hotel le había hecho dejar atrás gran parte de la escasa ropa de la que hasta entonces habían dispuesto. Entró en el baño, cerró la puerta tras él y abrió el grifo para tomar agua con sus manos y empapar su cara, repitiendo el movimiento varias veces. Lo hubiera dado todo por que aquello le sirviera para despejarse mínimamente pero se hubiera ahogado antes de lograr algo de paz.
Jaejoong se sentó al borde de su cama y clavó la mirada en el suelo. No lograba entenderse a sí mismo, no sabía que era lo pretendía hacer con el móvil si ni siquiera estaba dispuesto a coger las llamadas de Yunho. Atendía a la voz de su cabeza la cual le reprimía por su indiscutible estupidez cuando el móvil volvió a vibrar en su bolsillo. Trago saliva, dudó, pero cogió la llamada.

- ¿Jaejoong? – la voz al otro lado preguntó sin darle tiempo a hacer sonar la suya.
- Sí,  Jaejoong… ¿saben que hablas conmigo?
- No, no lo saben pero me tienen vigilado. Aún así, no saben que tienes el móvil contigo. Realmente no pueden probar que esté de tu lado.
- ¿Estás de mi lado?
- ¿Otra vez dudas de eso? Yo no avisé a la policía, te lo puedo jurar. Nos sorprendió a ambos.
- ¿Saben algo de nosotros? – Jaejoong lanzaba las preguntas sin un atisbo de emoción.
- No, aún no saben que habéis salido de la ciudad.


Se hizo el silencio mientras Jaejoong casi estrangulaba el móvil entre sus dedos.

- ¿Y cómo lo sabes tú?

Cualquier excusa le habría valido para que aquel vértigo aflojara, para barajar la posibilidad de que había llegado a una conclusión precipitada, pero el silencio del otro chico se lo dijo todo. No dudó en colgar y para cuando desvió la mirada cargada de derrota e incredulidad, Changmin le observaba desde la puerta del baño.
Pudo ver como en silencio volvía a repetirle “deshazte del móvil” y optó por asentir una sola vez, de forma leve pero clara.

- Decide ahora que hacemos, Jaejoong.
- ¿Que decida qué hacemos? – preguntó Jaejoong dejando que el cansancio se mezclara con su voz.
- Si saben donde estamos tenemos que irnos ahora porque la policía puede estar en camino. Te pido que decidas que hacer porque no dejas de hacerlo por los dos.


Changmin cruzó la habitación y tomó asiento junto a Jaejoong mirando, al igual que él, algún punto en la moqueta del suelo.

- Se supone que estamos juntos en esto pero si no cuentas conmigo, si no me dejas saber lo que pasa, siendo cosas que nos incumben a los dos, entonces es todo un espejismo. Si nos cogen, nos cogen a los dos, Jae. No quiero que con esto creas que solo pienso en mí porque ya sabes que si estoy a tu lado no es porque me convenga – miró de reojo al chico que se mantenía en silencio a su lado y suspiró con la máxima discreción que pudo - ¿Hace falta que te grite que te quiero para que lo veas con claridad?


Jaejoong jugó distraídamente con las teclas del teléfono cuando la pregunta llegó a sus oídos. Era todo tan surrealista desde hacía días que parecía que la realidad que le rodeaba se desharía en cualquier momento como la espuma de una ola. Acababa de decirle que le quería y su corazón había sentido cierto calor, incluso le había apetecido decir “yo también” pero al instante había temido perderle por decirlo, como si esas dos palabras pudieran ser las tijeras que cortasen el lazo que les unía. La suerte nunca había estado de su parte y parecía que esta estaba decidida a hacerle ver que la felicidad era momentánea, seguida de cerca por la pérdida.

Changmin se puso en pie y cogió la mochila que aún reposaba sobre la otra cama, dio unos pasos hacia la puerta y se giró hacia Jaejoong.

- Deja el móvil aquí mismo, creo que será suficiente, pero tenemos que salir ya.


El otro chico se puso en pie sin decir nada y, tras dejar el móvil sobre la cama, le siguió hasta fuera del hostal. La luz de media tarde oscurecía las calles al alargar las sombras de las casa y el silencio hacía que los pies de ambos hicieran resonar la grava bajo estos una vez empezaron a caminar por el sendero que les llevaría a la parada donde cogerían el tren.

Jaejoong nadaba en sus pensamientos y con cada brazada se sentía más cansado ¿Qué llevaba a Yunho a estar en contra de él? ¿rencor? Había dejado de quererle, sus sentimientos por él se habían esfumado a pesar de haber cometido un asesinato con tal de defender lo que ambos tenían pero, si él aún le amaba a él, aquella crueldad no tenía razón de ser. No había olvidado la conversación mantenida en el hotel, que Yunho temía que le odiase por algo sucedido en el pasado ¿de qué se trataba? Si temía ser odiado, si se sentía culpable por algo, entonces, ¿por qué no se dedicaba a compensarle ayudándolo ahora que podía? ¿podía estar sintiendo arrepentimiento y rencor a la vez?

Quizás era una forma de pensar demasiado simple la que ahora tenía Jaejoong pero, sí había sido dañado y había también hecho daño ¿no podía entonces dejar aquello en un empate? ­ Ya se lo podía esperar todo de aquel al que consideraba el mayor de los hipócritas.

Esperaron el paso del tren durante veinte minutos que parecieron los más largos de la historia. A unos metros de las vías del tren se extendía la carretera en paralelo y ambos esperaban ver aparecer un coche de policía antes de poder alejarse de allí.
Changmin necesitó evitar la mirada del revisor cuando le compró los tickets. Huían y podía jurar entonces que eso se podía ver en sus ojos.

No tenían claro donde apearse pero pronto sonó el pistoletazo de salida. Tras varias paradas, un policía entro en el vagón contiguo dejando entre ambos una puerta abierta como vía de escape perfecta cuando este clavó la mirada en los dos chicos con una atención delatadora. El sonido intermitente que indicaba el cierre inminente de la puerta puso a ambos en pie automáticamente y en cuestión de un par de segundos se encontraban fuera del vagón, corriendo como si huyesen de una jauría de lobos hambrientos. Jaejoong a la cabeza esquivaba a las personas entre súplicas en las cuales pedía vía libre, lanzando fugaces miradas atrás con las que se cercioraba de que Changmin seguía corriendo a unos pasos de él.

Tuvo que frenar sus pasos cuando, al doblar la esquina, topó con un segundo agente que no tardó en identificarlos. La reacción de Changmin se hizo esperar menos que la de Jaejoong, tirando así de su brazo para hacerlo correr al instante en otra dirección. Estaban siendo perseguidos sin escatimar en esfuerzos. No lograban alejarse más de unos pasos sin escuchar un silbato tras ellos, siendo más de una las voces desconocidas que pedían paso a los transeúntes.Pero los dos escapistas corrían como si el suelo bajo sus pies quemase, haciendo de cada obstáculo en la calle algo fácil de sortear.

La última desviación les llevó a las puertas de unos almacenes, siendo estos la parte trasera de los negocios que daban a la calle contigua. La cercanía de la pasos ajenos no les dio otra opción que la de esconderse en uno de estos. La puerta metálica ligeramente elevada de uno de los almacenes le ofreció la oportunidad de arrastrar sus cuerpos por el suelo para darse paso. Ambos se mantuvieron a una distancia prudencial de la puerta, intentando que sus respiraciones jadeantes no les delataran.

Changmin miró a Jaejoong y este le devolvió la mirada. Podían ver el miedo en los ojos ajenos y sus cuerpos no podían disimular la tensión acumulada, temblando aún bajo los esfuerzos de simular quietud. Retrocedieron algo más volviendo la vista a la puerta cuando las voces de los policías resonaron en la calle. Les habían seguido de muy cerca y realmente no habían esperado poder despistarlos.
Jaejoong caminó hacia el fondo del almacén, el cual no se alargaba más de unos escasos metros, y comprobó, muy a su pesar, que la puerta que daba a la tienda estaba cerrada. Un susurrado “hasta aquí” se escapó de sus labios y se volvió hacia Changmin. No le había escuchado pero sabía que pensaba lo mismo que él.
Un “registrad los almacenes” por parte de uno de los agentes le hizo entender que solo disponían es unos minutos, tal vez segundos, de libertad. La puerta entreabierta del almacén en el que se encontraban no daría lugar a la duda acerca de donde se encontraban.

Changmin sintió que le perdía. Pronto el chico frente a él estaría de nuevo enjaulado y estaba dando por perdida la oportunidad de volver a verle ¿es que acaso le dejarían mantener el contacto con él después de todo lo sucedido? Sabía que no.
Como si con cada paso maldijese todo por lo que habían tenido que pasar, avanzó con total decisión hacia Jaejoong, con el semblante serio y un deje de rabia en la mirada, apretando los dientes para contener en su interior la necesidad gritar. Una vez frente a aquel chico sus manos se clavaron contra la pared a ambos lados de su cabeza haciendo resonar las palmas de estas contras el cemento.

Jaejoong pegó la espalda a la pared y miró con fijación al contrario del cual había llegado a esperar un puñetazo en la cara, pero no fue su puño en la mejilla si no su boca en la suya lo que recibió. Una de las manos que un instante antes se enfriaba en contacto con la pared a un lado de su cabeza fue a situarse en la curva de su cuello, haciéndole estremecerse por el contraste con la calidez de su piel. Sin saber qué le movía, acepto aquellos labios. Un primer movimiento le hizo entreabrir su boca y una segunda arremetida le hizo seguirle el ritmo.

Changmin deslizó sus dedos en dirección a su nuca y allí los enredó en su pelo, atrayendo su perfil hacia el suyo para intentar robar de su boca todo lo que le debía desde hacía meses. Sentía tanto dolor al besarle que creía que le dejaría de latir el corazón cuando dejase de hacerlo.

¿Cómo era posible amar de aquella forma? Amor y dependencia unidos en un solo sentimiento. Era una parte de su ser, estaba herido si no le tenía. La sola idea de estar sin él le hacía caído en combate.

¿Eso era todo? En aquel momento su fuerza era tan escasa que no podía negar que, con aquel beso, se estaba despidiendo de él.
A Jaejoong le llegaba la despedida, comprendía aquel beso y por segundos se sentía contagiado de aquella necesidad de tenerle ¿ese era el sentimiento que había olvidado? No sabía si estaba recordando lo que una vez había sentido o si, en cambio, estaba volviendo a sentirlo de nuevo. Había caído por él una vez, y lo estaba volviendo a hacer.

Un sonido metálico  hizo que los labios de ambos se detuvieran y que cada uno se reflejase en los ojos del otro al abrirlos. La puerta tras ellos se abrió y Changmin dejó caer ambos brazos a los lados de su cuerpo. Se preguntaba el por qué de todo, pidiendo a su cabeza una solución inexistente cuando un agente de policía le cogió de las muñecas, esposándoselas antes de hacerle caminar de espaldas alejándole de Jaejoong. Los latidos de su propio corazón ensordecían las palabras que le llegaban del desconocido que le guiaba hacia el coche patrulla.
Un segundo agente pasó al lado de ellos y, pareciendo conocer con quien trataba, se detuvo a unos pasos de Jaejoong el cual se mantenía con la espalda contra la pared y la mirada perdida.

- Acompáñenos, por favor.


La petición le hizo sonreír con amargor y, tras vacilar, giró su cabeza de izquierda a derecha, negando con medida calma. El agente dijo algo más pero no le entendió, o no quiso entenderlo. Bajó la mirada y apretó sus labios conteniendo una muesca que no demostraría más que el desprecio ante todo lo que entonces le rodeaba.

No se percató de que aquella persona avanzó hasta él hasta que una mano agarró su muñeca. Su reacción no se hizo esperar y sacudió el brazo con fiereza, siguiendo el gesto con un rápido movimiento con el que cruzó el aire hasta hacer sonar sus nudillos contra la mandíbula del agente. Su acción dio inmediatamente una excusa a un segundo agente para unirse a él en su cometido, haciendo girar a Jaejoong tras retorcerle un brazo, llevándole el antebrazo hasta su espalda para entonces hacerle inclinarse hasta clavar sus rodillas en el suelo. Apretó los puños cuando las esposas rodearon sus muñecas y entonces llegó su rendición.
Hubiera enterrado su orgullo si alguna súplica hubiese servido para librarse de volver a su jaula pero sabía que no había solución en las palabras. Solo le quedaba la resignación.

Cuando sus pies volvieron a pisar el suelo del centro psiquiátrico parecía estar caminando sobre agujas. Como si la entrada del edificio se tratase de una boca sellando los dientes a su espalda, y el largo corredor fuese una profunda garganta, se sentía tragado por la mayor y más temible de las bestias. Había olvidado aquel olor, químico a la vez que afrutado, digno de un hospital, y la incapacidad de aquellas paredes para retener las voces de los internos. Alguien llenaba los pasillos con una risa nerviosa, casi compulsiva, y esta se mezclaba con un llanto algo más cercano, los sollozos de alguien a quien parecía faltarle el aire.

Había llegado a estar acostumbrado al todo eso, había sido su rutina, su día a día, pero esta vez todo resultaba falto de cordura hasta el extremo y sus ganas de huir se acentuaron más a cada minuto.
Le devolvieron a la misma habitación casi a modo de burla, ya que allí seguían sus cosas, las cuales habían esperado pacientemente su conocido regreso. Comió sobre su cama con un vigilante observando cada trozo de comida que se llevaba a la boca y quedó en total soledad cuando se rindió tras unos pocos bocados.

Habían pasado dos días desde que su libertad había llegado a su fin. No sabía nada de Changmin, y estaba seguro que así sería por mucho tiempo. No fue hasta el tercer día que le informaron de que volvía a terapia con el doctor Shin Seung. Por lo visto, esos dos días habían sido un regalo por parte de él para dejarle adaptarse nuevamente al sitio en el que debía estar ¿eso era posible? Tras años de confinamiento había probado la sensación de ser libre y ahora volvía a aquella rutina que le había estado robando la motivación por la vida.
Salió de la habitación escondiendo sus frías manos dentro de las mangas de su pijama blanco, cerrando los dedos sobre la tela para mantenerlas cubiertas. Recordaba donde estaba su despacho pero fue como si no tuviera que echar mano de su memoria. Sus pies caminaron solos hasta la puerta correspondiente y, sin descubrir la mano que alzó a continuación, golpeó la puerta con los nudillos envueltos en el puño de la manga.
Escuchó un “adelante” y su mano bajó hasta dejar caer por completo el brazo. Le apeteció darse la vuelta y volver de nuevo a su habitación pero se obligó a abrir la puerta y entrar. Tras cerrar la puerta a sus espaldas caminó con la mirada en el suelo y tomó asiento en el diván sin esperar el ofrecimiento por parte del doctor. Alzó la mirada y se cruzó con la ajena que se asomaba por encima de unos papeles, los cuales fueron entonces posados sobre la mesa.

- Bienvenido, Jaejoong – dijo el hombre sonriendo ligeramente en un intento de reflejar amabilidad y naturalidad - ¿Cómo te encuentras?
- Muy bien, doctor ¿y usted? -  contestó Jaejoong entornando su mirada de forma efímera.
- Esperándote para poder seguir con tu recuperación – entrelazó los dedos sobre el escritorio e inclinó su cuerpo hacia delante – Me gustaría abrir esta sesión con una pregunta; ¿no te crees capaz de salir de aquí por medio de tu recuperación?


Si bien Jaejoong aún no recordaba lo imposible que le había hecho la vida en lo que a su relación con Changmin se refería, para él aquel doctor no era su apoyo ni su salvador, sino aquel que se había mofado de sus constantes intentos fallidos por salir de allí.
¿Capaz de salir de allí por medio de su recuperación? Acababa de caer en que, en teoría, aún no recordaba la razón por la que se encontraba allí. Pero ¿de qué le servía confesar que había recordado el asesinato de su padre si eso solo le llevaría a un juicio del que no saldría impune? ¿De eso iba todo? ¿De cambiarlo de jaula?

- No creo en mi recuperación porque sé que nunca me dará una pista de lo que he de recordar. Nunca se ha dado cuenta de lo absurdo que es lo que me pide – Jaejoong volvía a mirarle y hablaba sin empeño - ¿Usted, sinceramente, cree que lo recordaré?

Shin Seung pasó a inclinarse hacia atrás reposando su espalda contra el respaldo de su silla para entonces soltar un muy ligero resoplo a modo de risa.

- Por favor, Jaejoong, comprende que ese es mi trabajo y mi objetivo ¿que si creo en que lo recordarás? Por supuesto que sí – rió nuevamente de la misma manera – Tutéame, sabes que puedes hacerlo. Yo me estoy dando la libertad de hacerlo, como antaño.
- ¿Y si no lo recuerdo qué pasará? ¿Me tendrá así por los siglos de los siglos? – prosiguió Jaejoong, ignorando sus últimas palabras - ¿Vamos, al menos, a probar algo nuevo o seguiremos haciendo dibujitos en un bloc?
- Por ahora vamos a dejar de lado el pasado ¿te parece? Vamos a centrarnos en tus días fuera del centro.
- ¿En mis días fuera del centro?
- Así es. Estoy seguro de que esta travesura, después de todo, no te habrá sentado mal – dijo manteniendo aquel intento de sonrisa cálida - ¿Conocías a Shim Changmin personalmente?


Jaejoong contuvo una risa que se le habría escapado con una sobrecarga de ironía. Estaba tan acostumbrado a que Shin Seung le hiciera preguntas cuyas respuestas ya conocía solo para comprobar que el chico frente a él apenas sabía nada de sí mismo. Intentó situarse en lo que sabía acerca de Changmin antes de la huida de ambos. Eso le contaría para hacerle pensar que no había logrado recordar nada.

- Personalmente no. Acababa de llegar unos hacía pocos días cuando se dirigió a mí.
- ¿Qué te dijo entonces, Jaejoong?
- Que necesitaba mi ayuda para salir de aquí. Él tenía una llave y yo me sabía las guardias y las cámaras del edificio, por lo que la idea era trabajar en equipo.
- ¿Has congeniado con él en estos días?
- Es un tío un poco raro, a veces actuaba como si nos conociéramos de algo.
- ¿Algo como qué?
- Como si nos hubiésemos visto antes. Ya le dije que su cara no me sonaba. Me equivocaría con otra persona. Algo le tiene que ir mal en la cabeza, después de todo alguna razón tiene que tener para estar internado aquí.

Tras mentir Jaejoong esperó escuchar una pista acerca de si Changmin volvía a estar en el centro, pero el doctor prosiguió con una nueva pregunta sin prestar apenas atención a la respuesta.

- ¿No sentiste el impulso de ir a ver a nadie?
- ¿A quién iba a ir a ver?
- A tu familia, Jaejoong.


Jaejoong apretó los dientes y su ceño de frunció sin darse cuenta. Shin Seung nunca había pisado ese terreno con tal descaro.

- No.
- ¿Solo te llamaba la libertad? ¿la rutina de un día a día como el de cualquier otro?
- Solo eso.
- ¿Reprochas algo a tus padres?
- Sí, que no vengan a verme. Parecen haberse olvidado de mí – mintió Jaejoong logrando impregnar sus palabras de rencor aunque la razón de este fuese otra.
- ¿Te sentiste bien estando fuera?
- No, me sentí perseguido.
- Entonces la libertad no era lo que esperabas ¿no es así?
- No es esta la libertad que buscaba. No era libre, ya le he dicho que me sentía perseguido. No es el tipo de rutina que quiero vivir, no me gusta esconderme ¿sabe? Los demás a mi alrededor no lo hacían, los demás disfrutaban de su día a día y no temían ser vistos por quien no debía encontrarles.
- ¿Considera su búsqueda fuera del país una actuación exagerada?
- Sí – dijo Jaejoong tras vacilar brevemente. Empezaba a dudar de su habilidad para mentir – Me parece que hay demasiados delincuentes en la calle como para volcarse en la búsqueda de un par de enfermos.
- ¿Durante esos días la curiosidad o interés por lo que has podido olvidar no se acentuó?
- Claro que sí. Creo que me queda claro que no nos perseguían por tarados, sino por peligrosos ¿no es así? A él, a mí o a los dos. No me imagino una redada policial en búsqueda de dos locos que aseguran ver duendes debajo de las camas.


Jaejoong supo que esa era la respuesta correcta. Volver sin sospechas o teorías acerca de sí mismo habría sido surrealista, pero parecía estar queriendo tocar el fuego como nunca antes. Había pasado mucho tiempo desde que sus padres habían sido tachados como tema de conversación en las sesiones.

- Si lo has recordado eso quedará bajo llave.


Al escuchar a Shin Seung su corazón dio un vuelco ¿Era una trampa?

- ¿A qué ha venido eso, doctor?
- A que no estás todo lo enfadado que esperaba – respondió el doctor con calma – Si no recordases absolutamente nada, el volver aquí para seguir con una recuperación en la que no crees no te pondría fácil el estar sentado con una calma que desde hacía tiempo no era digna de ti, Jaejoong. Me pregunto que has recordado ¿todo? ¿acerca de qué?


Jaejoong osciló con su mirada en sus ojos y al tragar saliva pensó que cualquiera lo habría escuchado.

- Jaejoong, sé que has recordado algo. Conozco desde hace años cada uno de tus gestos y sé cuando mientes. Llevas mintiéndome desde que comenzamos la sesión aunque también has dejado escapar alguna verdad.
- No le miento – rehuyó Jaejoong para darse algo de tiempo.
- Mataste a tu padre.


El doctor hizo resonar con claridad aquellas palabras y escrutó el gesto de Jaejoong, el cual reflejo incredulidad, pero no hacía sí mismo. Esto le hizo sonreír al gozar de su triunfo.

- Lo recuerdas, Jaejoong. Desde tus ojos solo te he escuchado preguntarme que cómo lo sé. Sin embargo, ni tu mirada, ni tu cuerpo, ni tu voz me han dicho que lo que digo no es posible. Lo has asumido, no te he informado de nada nuevo y, por lo que veo, no hay arrepentimiento, solo egoísmo. No quieres ir a la cárcel ¿verdad? – dio una pausa y tomó su silencio como una afirmativa – No te preocupes, en eso puedo ayudarte.


Jaejoong intentó ver sus intenciones pero no era capaz de ver que era lo que pretendía el hombre sentado al otro lado de la mesa de despacho.

- ¿Ayudarme cómo? – terminó por preguntar, confirmando así lo averiguado por el psicólogo.
- Tú no quieres ir a la cárcel y, digamos, que a mí no me importa mantenerte en terapia un tiempo más ¿me sigues?
- Le sigo. Más de tres años a su cargo sin lograr nada, y bastan unos días sin su presencia, ni ayuda para conseguir el objetivo – narró Jaejoong con una media sonrisa, empezando a sentirse cómodo - Imagino que no le conviene que esto se sepa ¿no es así?
- Desde luego, si esto sale de estas paredes perderé cierto prestigio pero, en tal caso, tu pérdida sería mucho mayor. Imagino que estás de acuerdo – apuntó Shin Seung sonriendo del mismo modo que el chico frente a él.
- ¿Y bien? ¿El trato consiste en callar los dos? Supongo que no es algo tan sencillo ¿o sí?
- No, no, supones bien. Lo cierto es que llevas haciéndome perder credibilidad como psicólogo prácticamente desde que llegaste, amigo. Siempre tan poco receptivo, tan egocéntrico, mirando por encima del hombro a la más mínima oportunidad – empezó a decir el doctor, dando pequeñas dosis a sus palabras de lo que, sin duda, era desprecio – Negándote a recuperarte, retrocediendo dos pasos por cada uno avanzado y, sin embargo, ayudando a la competencia.
- ¿Perdone?

Jaejoong torció el gesto. No acababa de entender su última réplica en contra de él.

- ¿Qué recuerdas de Shim Changmin?
- Prácticamente nada ¿qué tiene que ver él?
- Eso presiento que es verdad ¿Y de su psicóloga, la doctora Han Bo Eun?

Ya había escuchado antes ese nombre. El día que volvió en sí y salió de aquella habitación que no era la suya, topó con ella en la puerta y se presentó como la psicóloga de Changmin, dando por hecho que al hacerlo sabría de quien le estaba hablando. Poco después había tenido la oportunidad de hablar con ella sin obtener nada útil de sus palabras.
¿Esa mujer era su competencia? ¿Y cómo se supone que la había ayudado?

- Apenas la conozco.
- Se podría decir que la estuviste ayudando con el caso de ese chico, Jaejoong.
- No le entiendo.
- Me entenderás, porque dejarás de hacerlo. Por hoy hemos acabado – resumió el psicólogo señalando la puerta con un aparentemente cortés gesto con la mano.

Jaejoong decidió ponerse en pie y, sin decir nada más, salió del despacho en dirección al comedor. No podía ignorar que, a pesar de tener la cabeza realmente ocupada, su estómago le estaba recordando con dureza en que consistía tener hambre.
¿La actitud del psicólogo Shing Seung hacia él se basaba en el rencor por sus nulos avances? Podía llegar a entenderlo superficialmente, poniéndose en el pellejo de una persona orgullosa cuyos logros quedaban reflejados en diplomas enmarcados, colgados en la pared de su despacho, pero no acababa de digerir la segunda parte.
La doctora Han Bo Eun era, por lo que podía traducir de sus palabras, una psicóloga de prestigio y, sin duda, su trabajo con su paciente, Shim Changmin, había sido más productivo que el suyo en lo que a él y su amnesia se refería.
Hasta ahí todo era fácil de comprender pero ¿en que había ayudado él en la recuperación de Changmin?
Jaejoong se sentó junto a la ventana, en la misma mesa de siempre. Cogió la cuchara y la hundió en la sopa, deteniéndola frente a sus labios tras alzarla, antes de llegar a llevársela a la boca.
Semanas atrás, en esa misma mesa, ambos habían tenido una conversación. Jaejoong se había enfadado con Changmin cuando este, en respuesta a la pregunta “¿de qué me conoces?”, le había respondido que, al llegar, le había salvado la vida.
¿Así había ayudado a la competencia? ¿había salvado a su paciente? ¿de qué? ¿en qué sentido? En caso de haber tenido lugar un accidente, salvarle la vida no suponía haberle curado de su dolencia ¿Es que si Changmin tenía visiones, el evitarle una caída por las escaleras iba a hacerle dejar de verlas?
Jaejoong se llevó la cuchara a la boca y continuó comiendo con la mirada perdida, inmerso en sus pensamientos. Si salvar a Changmin había significado lo mismo que haberle curado ¿cuál había sido la razón por la que había estado allí?

- Tristeza… - susurró Jaejoong escuchando la propia voz como ajena, mirando por ello discretamente a su alrededor.


Si la deducción a la que había llegado era correcta, entonces ¿ahora Shin Seung pretendía que entorpeciera el trabajo de la psicóloga a cambio de no delatarle? Si así era ¿su intención era la de pedirle que hiciera recaer a Changmin? Aquello era ridículo. La idea se le hizo tan absurda que se pidió abandonar el tema y prestar atención a la comida. No era posible que a la cabeza de los locos se situase su propio psicólogo.
Si de todo eso algo podía sacar en positivo, es que todo apuntaba a que Changmin seguía asistiendo al centro.


12 comentarios:

  1. Cuando leí que habías subido un nuevo capitulo no lo podía creer! ¡Muchas gracias! valió la pena esperar ¡Por ti esperaré siempre!
    El beso de despedida lo fue todo! sentí en carne propia su miedo y dolor,me partió el alma ;______;
    Ese doctor! joder le soltó todo a Jaejoong y hablo de su familia sin un mínimo de tacto! y el resentimiento era por su "imagen profesional"? le robare la frase a Rose "¡Cretino es lo que es!" ahora me preocupa qué es lo que tendrá en mente para afectar a Changmin y aún más sabiendo que usará a Jaejoong para ese cometido u_u
    Solo espero que Changmin este internado porque no me lo imagino viviendo sin Jaejoong u.u ¿Será que Jaejoong podrá recordar todo lo que sucedió con Changmin? Comienzo a creer que tendrá que exponer su vida cerca a una ventana para llegar a recordar, al menos su corazón no solo recuerda sino que siente amor hacia Changmin ;_;

    Gracias por todo de nuevo,esperare ansiosa por un nuevo capitulo ♥

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  2. Gracias por acordarte de tus lectoras que esperaremos siempre por leer como se sigue desarrollando está historia.

    Ellos queriendo vivir una libertad a medias llenas de desconfianza de parte de uno de ellos y para colmo lidiar con la policía tras ellos, al final terminaron volviendo al mismo lugar.

    La ética de ese doctor soló es una mera mentira y soló busca el prestigio de poder curar a un paciente, ahora Jae lo sabe *ayudando ala competencia* a donde llega el ego de ese hdp??

    lo malo de todo esto es que Jae no pudo ocultar sus avances y ahora será un arma del cuál ese doctor se va a beneficiar para que el caso de Changmin vaya mal.


    Por otro lado Changmin parece está yendo al centro pero supongo que lo han aislado.

    Esperaré con ansías el siguiente capitulo.

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  3. Lamey, antes que nada: Asdafdsdafsfasafdsfadfsfadsfdafsdfaddsaf!!!! (así es como me ponen tus capítulos xD)
    Pobre JaeMin, la libertad les duró menos que un candy~
    Me pregunto si Yunho hará su aparición en el psiquiátrico, qué explicación le dará a JJ? no puedo evitarlo pero desconfío de él. ¡Ah! Y tengo una queja! Por qué la policía tenía que ser tan eficiente? Acaso no pueden ser como en mi país y dejarlos huir tranquilamente sin buscarlos xD?
    Pero lo bueno es que al parecer JJ y Changmin volverán a estar juntos. Ya quiero saber que pasará.
    Gracias por actualizar.

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  4. Cómo es posible que este maldito doctor sea tan retorcido, todo por su ego profesional? no puede ser; acaso Changmin y Jaejoong no podrán estar tranquilos nunca? Iamey me siento más angustiada, si Jaejoong para hacer reacaer a Changmin debe ignorarlo ó quizás regresar con Yunho, no lo soportaría, no creo que Jaejoong sea capaz de lastimar a Changmin de esa forma con el fin de no ser delatado y llevado a la cárcel, me niego a pensar en ello.
    Pobres mis chicos, ya es demasiado con estar metidos en un manicomio como para que ahora deban estar separados sólo porque un idiota sin escrúpulos quiere hacer caer a su competencia grrrr..
    Iamey muero por seguir leyendo, como siempre digo vale mil veces la espera por un nuevo episodio de El Don de la Locura, mil gracias por este nuevo epi..

    Besos.

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  5. Que genial se siente cuando actualizan los fic tan bueno como este y no te sientes decepcionada por que lo dejan tirado.
    tu fic es realmente hermoso he tenido de todas las emociones que existen, pero este cap si duda me dejo con colera, es que porque duro tan poco la libertad u.u
    quiero saber que onda con Yunho es traidor o no??
    Jae recupera esa memoria y ama a Changmin y no me lo hagas mas sufrir.
    Changmin toma a Jae y hazlo tuyo ya XDDD (el beso fue de lo mas wow)
    en fin quiero saber como sigue esperare el siguiente cap. oajala te animes a escribir mas fic MinJae n.n se que es difícil pero motivación shinki es buena xd
    saludos........ n,n

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  6. No podía creer q hubieses actualizado, se sintio tan bien ^^
    Este capítulo me ha dado muchos sentimientos, no se si pensar si Yunho le quiere ayudar o no y el recuerdo donde casi obliga a JJ a decirle a sus padres, en teoría fue su culpa q este asi ...
    Porque duro tan poco la libertad u,u ... Y q se trae ese doctor, todo por su maldito prestigio (?) Pufff ... Esto no me gusta... Acaso quiere sabotear la recuperación de Min ???
    Awwww me encanto su beso, fue tan así: 'con este beso me despido, pero no es un adiós, t quiero y nos volveremos a ver no importa qué' :3
    Solo espero q tbm este en el centro psiquiátrico, no pueden estar separados .. gracias por la actua, no nos olvides u.u

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  7. Lo había leído hacia unos días, pero mala de mi, que se me fue el comentar...como he podido??!!
    Te dejo que me des unos azotes xD

    Bueno ahora al capitulo...se me ha roto el corazón en serio, ese beso tan lleno de todo me ha dejado trastocada...es una putada que ocurra todo en ese momento...lo es en cualquiera, pero en ese, ahhh pobretes!!!

    Me deja intrigada el como los han ido descubriendo, aunque creo que el móvil tenia localizador, si no...vamos alguno lee la mente xD

    Luego tenemos a ese maldito doctor...ya sabes que no me cae nada bien, verdad? XD pues ahora menos, y mas contando que lo que sale de su boca no es nada bueno...bufff...de verdad que no se por donde va a salir esto.

    No me esperaba que los fuesen a capturar...vamos yo ya me iba al vivieron felices xD, me has sorprendido, y espero que lo sigas haciendo.

    Animo con los siguientes capos y aunque tarde la vida yo los leere ^^

    Atte: Lessien

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  8. esperaba mucho esto! porfavor sigue asi <3

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  9. Ayer comenze al leer el fic y ya No me quedan capítulos para leer,voy a estar pendiente a actualizaciones,la historia esta buenísima ,espero que al final triunfo el amor .

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  10. omg necesitoo que actualices esto ;___; aveces siento que lo vas a abandonar y mi corazon se rompe ;O; no lo abandones porfaaaa <3 <3

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  11. T_T shore cuando changmin besa a jae en el almasen....te juro q m llego....bbuuhhh y no puedo dejar de llorar...me llego directo al kokoro...fue tan triste, la desperacion d min...T_T aahh !!! No para mi llanto...sera una cicatriz mas en mi pecho....PORFAVOR!!! CONTINUALO....

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  12. 2 AÑOS Y NO ACTUALIZAAAAAS WHY? ESTÁ HISTORIA LA VENGO LEYENDO DESDE HACE AÑOS Y AÚN SIGUE SIN ESTAR COMPLETA. MI CORA

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